miércoles, 22 de julio de 2009

Voto blanco impulsó participación electoral: IFE

El consejero electoral Marco Antonio Baños aceptó que la promoción a favor del "voto en blanco" contribuyó a incrementar la participación ciudadana en la pasada contienda electoral, a través de los sufragios nulos.

Entrevistado en la sede del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) precisó que las cifras electorales reflejan que a nivel nacional el voto nulo se incrementó en más de cinco por ciento respecto de 2003, mientras que en el caso del Distrito Federal registró un porcentaje de más de 11 por ciento.

Adelantó que la Comisión de Capacitación y Organización Electoral que encabeza se reunirá este jueves para ultimar los detalles del proyecto de acuerdo a fin de realizar el estudio muestral y con ello determinar, entre otras cosas, la influencia real del voto en blanco en la pasada contienda.

"Tengo la sensación de que la campaña de algunas organizaciones sociales, comunicadores, algunos intelectuales con el voto blanco sí tuvo algún impacto, porque en el fondo como lo dije antes de la jornada electoral la promoción del voto en blanco en rigor era un llamado también a la participación ciudadana" , refirió.

Aseguró que el Instituto Federal Electoral (IFE) "se comprometió que respetaría la decisión del ciudadano si deseaba anular el voto y ese fue el compromiso cumplido, los votos están registrados ahí" .

Entrevistado luego de inaugurar el Museo de la Democracia en el INAP, Baños Martínez rechazó las afirmaciones de la representante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) , Sara Castellanos, en el sentido de que los consejeros tienen preferencias partidistas.

"Yo rechazo que los consejeros tengan preferencias partidistas, los consejeros electorales nos guiamos por el principio de imparcialidad, damos el trato igual a todos los partidos políticos, nos apegamos a la ley" , expuso.

Recordó que el arbitraje que desarrolla el Consejo General del IFE lleva a discutir temas que pueden ser sensibles para los institutos políticos, por lo que no comparte el criterio de que los consejeros tenga alguna opción partidaria, "de ninguna manera, estamos comprometidos con la ley" .

domingo, 5 de julio de 2009

Se dispara a 400%voto nulo en la ciudad: IEDF

Notimex

El Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) reconoció que en esta jornada electoral el voto nulo se disparó a 400%, en comparación con la última elección en 2006.

El consejero electoral Néstor Vargas subrayó que hace tres años el voto nulo en el Distrito Federal alcanzó apenas 3% de la votación, en tanto que hoy se reporta 12% en los resultados preliminares.

En entrevista, al término de la sesión permanente del Consejo General del IEDF, reconoció que esa cifra es preocupante y merece la reflexión de los partidos políticos y del propio órgano electoral capitalino.

"Históricamente había estado el voto nulo entre tres y 3.5%, pero ahorita estamos aproximadamente entre 10 y 12%, que sí, suma mucho, suma más tal vez que los partidos de reciente creación", consideró.Ante ello, comentó que tal cifra representa "un atentado democrático a la democracia, porque es un derecho que tienen los ciudadanos de anular su voto".

Indicó que hasta el momento los resultados emitidos por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) se sustentan por 12% del total de la captura de los resultados electorales.

Uno de cada diez ciudadanos anuló voto: encuesta

Noemí Gutierrez
El Universal

En esta jornada electoral uno de cada 10 ciudadanos anuló, voto en blanco o sufragó por un candidato no registrado, de acuerdo a la encuesta de la Fundación Este País, el IPN y el ITAM.

Según la encuesta, siete de cada 10 ciudadanos, que acudieron a las urnas a votar o sufragar en blanco están muy de acuerdo con reducir el número de diputados federales. En tanto que uno de cada dos que voto o anuló está total o muy de acuerdo de que existan candidaturas independientes.

Federico Reyes Heroles, de la Fundación Este País presentó los resultados de la Encuesta Sobre el Sentir Ciudadano para conocer las preocupaciones de votantes y abstencionistas activos. En el ejercicio de opinión participaron 14 mil 884 ciudadanos que acudieron este domingo a las urnas.

El empresario Alejandro Martí destacó los resultados preliminares de la encuesta ya que le demostrará a los partidos políticos el sentir de la ciudadanía, sobre todo, luego de la polémica del voto en blanco.

El presidente de la organización México S.O.S., resaltó que desde este momento se tendrá un nuevo México, ya que con este instrumento ciudadano único se conoce por primera vez el sentimiento de la población.

Federico Reyes Heroles criticó la campaña de estigmatización contra los grupos que promovieron el voto nulo o blanco, ya que de acuerdo a esta encuesta no existe una diferencia entre el sentir de los que votaron por candidato o partido o los que los hicieron en blanco.

En conferencia de prensa en las instalaciones de la Fundación Este País señaló que este es un claro mensaje al Poder Legislativo de que los ciudadano no se sienten representados. Dijo que con esta encuesta se le ponen cifras a un sentir ciudadano y es un mensaje a las dirigencias de los partidos de la expresión ciudadana.

De acuerdo a los resultados que explicó Eduardo Berumen, del total de los encuestados, 46% de los que votaron por candidato o partido no se siente representado por su diputado federal y la cifra aumenta a 60% de los que anularon su voto.

Los ciudadanos que sufragaron le otorgaron una calificación de cinco al preguntarle si creen que los candidatos van a cumplir sus promesas de campaña; los que anularon su voto los califican con 4.2.

De los casi 15 mil encuestados, 72% de ambos grupos no recibieron durante los tres años información de su diputado federal para explicarles actividades y resultados.

De los que votaron, 53% considera que este proceso electoral ha sido mejor que los anteriores, en tanto que los anulistas fue un 38%.

La encuesta costó de 3.5 a 4 millones de pesos y fue financiada por 16 grupos, entre los que están Casa Cuervo, Banamex, Fundación S.O.S. México, Fundación Telmex, Grupo Modelo, entre otros.

Los resultados de esta encuesta se presentan a las 21:30 horas en el IFE y luego en reuniones con dirigentes de partidos políticos.

Voto nulo alcanza cuarto lugar

José Gerardo Mejía y Francisco Reséndiz
El Universal

Tras la promoción de distintos grupos sociales, académicos y comunicadores para votar a favor del voto nulo, dicha votación se perfila como la cuarta opción más votada en el país en una cerrada competencia con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

De acuerdo a datos del Instituto Federal Electoral (IFE), el llamado voto blanco alcanzó este domingo su máximo histórico al sumar más de 1.3 millones de sufragios, además del .22% que se dio a favor de un candidato no registrado, como se dio con nombres como "Esperanza marchita", y distintos héroes nacionales.

Solamente en el Distrito Federal, el voto en blanco sumaba 308 mil 754 sufragios, y 11 mil 936 votos por un candidato no registrado para quedar como cuarta fuerza política; en tanto que en Jalisco, entidad ubicada como la una de este movimiento, sumaba más de 93 mil sufragios, con lo que se ubicó como tercera fuerza política, al igual que en entidades como Aguascalientes

Con un porcentaje de más del 60% de votos contabilizados en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), los votos nulos se convirtieron también en tercera fuerza en entidades como Aguascalientes. Cabe aclarar que dicha tendencia puede oficializarse hasta el próximo miércoles, cuando haya resultados finales.

sábado, 4 de julio de 2009

Vota nulo


Jaime Sánchez Susarrey
Reforma

La necesidad de una nueva reforma electoral no está a discusión. Todos los partidos saben que es impostergable. Por eso hay que incidir en la agenda abriendo un gran debate

1. El voto nulo es un instrumento, no un fin en sí mismo. Por eso es perfectamente razonable que un ciudadano decida votar por algún candidato o partido en un proceso local, sea para elegir delegados, Presidentes Municipales, Gobernador o diputados estatales, y nulifique su voto en los comicios federales. No hay en ello contradicción alguna. En cambio, resulta inadmisible que se haya satanizado a los ciudadanos que han emprendido un movimiento cívico, pacífico y responsable para manifestar su inconformidad. El derecho a votar nulo es inherente a cualquier sistema democrático.

2. El medio es el mensaje. El voto nulo es, ante todo, la expresión de un hartazgo y un rechazo. Hay millones de ciudadanos que no se sienten representados y que están hartos de la voracidad y los abusos de los partidos políticos. Por primera vez en la historia ese malestar ha encontrado un canal para manifestarse. La mayoría de los electores, sin embargo, optará por la abstención. Pero el dato relevante es que la abstención y el voto nulo podrían situarse alrededor del 70 por ciento -tal como lo señaló María del Carmen Alanís, presidenta del Tribunal Electoral Federal. Ese gran No es un mensaje que no podrá soslayarse. Entre otras cosas, porque la nueva Cámara de Diputados sería electa por una minoría (23 millones de un padrón de 77 millones de electores).

3. El voto nulo no es anularse. Al contrario, es una manera legítima y efectiva de manifestar la inconformidad y el rechazo. Los efectos del movimiento anulista son tangibles y están a la vista: ocupó el centro del debate y despertó el interés de muchos ciudadanos que estaban hartos de la gazmoñería y las mentiras de las campañas. Provocó el compromiso de los presidentes del PAN, PRI y PRD de promover la reelección consecutiva de senadores, diputados y Presidentes Municipales en la próxima Legislatura. Impulsó el compromiso de Josefina Vázquez Mota y otros legisladores de revisar los artículos que atentan contra la libertad de expresión y el derecho a la información.

4. El voto nulo es una de las llaves que abrirá la puerta para que se discutan abiertamente los temas de la nueva reforma electoral. No hay que olvidar que la contrarreforma del 2007 fue un verdadero albazo. Con el pretexto de no alertar a "los poderes fácticos", los senadores Beltrones, Creel y Navarrete cocinaron la ley a puerta cerrada. La iniciativa se hizo pública el 30 de agosto y fue aprobada el 14 de septiembre. Eso es lo que no debe suceder otra vez. La contrarreforma debe ser derogada y la agenda de los cambios que son indispensables debe discutirse ampliamente. Sólo quienes tienen un temple autoritario se oponen a un debate abierto y plural.

5. Los movimientos anulistas son diversos. Su fuerza no está en la unidad de propósitos, sino en la pluralidad de ofertas. Los puntos acordados por algunos ciudadanos y redes en la Ciudad de México son positivos, pero no agotan la agenda. La encuesta de Grupo Reforma (Enfoque, 28/junio/09) apunta prioridades y convergencias muy interesantes propuestas por los anulistas: 79 por ciento está por la reducción de recursos públicos a los partidos; 68 por ciento está a favor de la reducción de diputados de representación proporcional; 58 por ciento apoya las candidaturas independientes; 67 por ciento se pronuncia por la reelección consecutiva de legisladores. A estos puntos se podrían agregar la figura del referéndum y recuperar la autonomía del IFE, tal como se plantea en la página www.basta10.com. Lo importante, en suma, no es acotar y cerrar una propuesta, sino hacer que florezcan mil flores y se abra un verdadero debate sobre la nueva reforma electoral.

6. Los votos nulos no servirán para hacer una pira y quemar a todos los partidos y los políticos. Pero sí servirán para decirles No y denunciar sus excesos. El objetivo de mediano plazo debe ser acotar el poder de la partidocracia y ampliar los márgenes de la participación ciudadana. En ese camino deben coincidir los ciudadanos que decidieron anular su voto con los que sí votaron, pero comparten la convicción de que las cosas pueden y deben mejorar. Cabrán, también, los políticos que sean más abiertos y responsables. Todos los que entiendan que en el 2007 se cometió una serie de excesos que es necesario corregir y que asuman la exigencia de nuevos cambios. Manuel Gómez Morin advertía que todo iluso termina por ser decepcionado. El voto nulo lejos de ser el camino de la ilusión es la senda de una protesta responsable.

7. La fuerza del voto nulo dependerá de la participación de cada ciudadano. Si el porcentaje es bajo, la potencia del mensaje será poca. Si el número es alto, no habrá forma de cerrar los ojos ni los oídos. El terreno que se ha ganado hasta ahora dependerá de lo que pase mañana. Por eso es muy importante ir a votar. La coyuntura que hoy vivimos no se volverá a repetir. La necesidad de una nueva reforma electoral no está a discusión. Todos los partidos saben que es impostergable. Por eso hay que incidir en la agenda abriendo un gran debate. La oportunidad es única. Dentro de tres años, los comicios presidenciales polarizarán la contienda y será muy difícil que un número importante de ciudadanos opte por nulificar su voto.

Así que es ahora o nunca. Abramos las puertas de la nueva reforma electoral. Dejarla en manos de los políticos sería una grave irresponsabilidad.

Hay que acudir a las urnas y nulificar el voto. No importa cómo. Elige la forma que mejor te parezca: táchalo con una cruz, vota por un ciudadano independiente o ráyalo con una leyenda (¡Basta/10!). Haz como quieras, pero demos mañana el primer paso y hagamos que florezcan mil flores.

Silencio que pesará


Ivonne Melgar
Retrovisor
Excélsior

Ahora el silencio es subversivo. Cala. Molesta. Porque en realidad el voto nulo se traduce en un vacío colectivo de los ciudadanos a la clase política.

Y aunque no me considero una anulista pura —como tampoco soy militante de sigla alguna—, encuentro en la boleta “apartidista” una opción adicional a nuestra cada vez más diversificada y plural postura política en las urnas.

Así que me siento en la obligación de defender esta apuesta, a pesar de que en algunos casos seguiré avalando las propuestas partidistas.

Y es que, a diferencia de los que van por el tribunazo, de los rijosos, de los gritones, de los expertos en descarrilar hasta a sus propios compañeros de partido, de los que nunca votan, de los que carecen de credencial de elector, de los indolentes, nosotros los anulistas —seamos parciales o sean radicales— tenemos que justificar nuestra definición política, ciudadana y crítica a la partidocracia.

Tenemos y debemos hacerlo, porque esperamos que esos votos blancos cuenten en el registro final, sí, y sobre todo en la obligada interpretación del mandato de las urnas.

Tampoco hay que hacerse muchas ilusiones. Porque en los hechos, la clase política no sólo nos da la espalda en la obligación de garantizar respuestas a los déficit en seguridad, empleo, salud y educación, sino que también falla a la hora de las urnas, eludiendo el compromiso de entender qué hay detrás de los votos para actuar en consecuencia.

Los políticos necesitan sumar boletas para legitimarse. Pero una vez conseguido ese aval ciudadano, se van por la libre.

Acaso esta vez volverán a ignorarnos. No sería la primera ocasión. Ni lo peor. ¿Puede darse un desdén más dramático y oprobioso que el protagonizado este largo mes de espera de una señal de justicia, que hoy se cumple, en el incendio de la guardería ABC? ¿Existe una prueba tan pública y evidente de la sordera del poder que el incumplimiento en torno a las prometidas listas de quiénes son los propietarios de las guarderías subrogadas del IMSS?

En lo personal, esa promesa incumplida ha sido suficiente para inclinar la balanza a favor del voto nulo que, sumado a miles, sé que ya pesa como pesa el silencio cuando la violencia del poder pretende aplastar cualquier palabra.

Es la ley del hielo de los ciudadanos frente a una clase política que sólo se escucha a sí misma. Sí, la ley del hielo, el silencio deliberado, de castigo, de reclamo, de condena; un silencio que exhibe la inútil y ruidosa retórica de la partidocracia.

Es un silencio que descalifica la pretensión de que los ciudadanos se adhieran ciegamente a sus pleitos, montados en spots publicitarios que telenovelizan y, en muchos casos, caricaturizan nuestras carencias.

Llama la atención el enojo que esta opción desata en los profesionales de la política, el mismo que genera el silencio en medio de los gritos que apabullan.

Porque este silencio ciudadano igualmente suena y, más allá del número de adeptos que alcance, ya ha hecho el ruido suficiente en el debate electoral, convirtiéndose en una expresión que habrá de calificar esta contienda, aún cuando en términos de monto sea una minoría.

Pero se trata de una ruidosa minoría que con su ley del hielo a los partidos ha colado su malestar en la mesa de los políticos y de sus apuros y ocupaciones.

Porque así como el asunto de la seguridad y la recesión económica figurarán en la agenda legislativa, el rechazo ciudadano a los partidos se considera ya desde las cámaras el síntoma de un padecimiento que reclama cirugía y de ahí el desempolvo de la siempre pendiente reforma del Estado y de sus instituciones políticas.

Si en la composición de la Cámara de Diputados los votos deliberadamente anulados llegan a representar una cifra de 5%, el triunfo de ese amorfo movimiento sustentado en el hartazgo sería innegable, convirtiéndose en una puñalada ciudadana para un sistema de partidos herido en su credibilidad.

Hay algo más grave para el ego de los políticos y su espejismo de que no todos son iguales, sea por sus diferencias ideológicas o por su capacidad de operación, su pragmatismo, historia, tradición o doctrina.

Y es que los anulistas parten de la premisa de que esas son consideraciones teóricas que en la práctica se diluyen. Porque los anulistas vienen de todas partes: de la izquierda, del centro y de la frustrada transición panista.

Nadie está pidiendo que los partidos se mueran. Pero están enfermos de ineficiencia. Y ese diagnóstico ya no puede ocultarse.

Porque el silencio de los anulistas balconea los excesos que los políticos minimizan: los sueldos de escándalo en el Congreso, la política al servicio de los negocios, el mal uso de los bienes nacionales, la tapadera a la opacidad de los sindicatos, el miedo a los monopolios.

Callar no sirve de nada, argumentan algunos. Depende. Cuando los gritos, los reclamos y hasta las ofensas han dejando de tener eco y sentido, el silencio exhibe. Por eso el voto nulo duele. Y porque mañana, cuando las cuentas no le salgan a la partidocracia, inevitablemente sus expertos en simulación estadística harán el cálculo de cuál habría sido su suerte con las voluntades perdidas. Entonces, nuestro silencio pesará.

viernes, 3 de julio de 2009

Mi voto ¿nulo?


Jacobo Zabludovsky
El Universal

El próximo 5 de julio votaré con un tachón sobre las boletas.
México está envuelto hoy en la controversia política de más interés en los últimos tiempos.
Una elección en que no se decide la Presidencia de la República, que generalmente atrae poca atención y votantes, se ha colocado en forma súbita como tema de discusiones, polémicas, conversaciones y hasta pleitos familiares. El voto ha cobrado importancia gracias a la presencia abrumadora de ciudadanos que se oponen a depositarlo en las condiciones legales vigentes. Las consideran injustas, contrarias a la esencia de la democracia que es el derecho de elegir a sus gobernantes. El corsé explotó y la voluntad asusta a los dueños del mecanismo. Su impunidad y arrogancia los hizo olvidar que Lucifer no se fue al infierno por malo, sino por soberbio. Ahora son llamados a juicio mediante un procedimiento inesperado: el voto nulo.
Se abren posibilidades que es conveniente no confundir a la hora del voto. Cuatro entre las que me envían lectores iracundos son las más abundantes: no ir a votar, ir a escribir una mentada de madre en cada boleta, ir y dejar todo en blanco, ir a tachar cada nombre y logotipo.
No ir a votar es una conducta confusa: la abstención es característica de toda votación en México, su porcentaje suele ser altísimo y en la coyuntura próxima puede atribuirse a viejos vicios y no a este fenómeno de protesta popular. Si queremos expresar nuestro desacuerdo no podemos quedarnos en casa. Hay que ir a las casetas, comprobar que en la lista de ciudadanos registrados se anota nuestra presencia con los documentos que nos autorizan a ejercer nuestro derecho. Eso es muy importante porque permitirá que del total de votos depositados en cada caseta puedan restarse los tachados o en blanco y así hacer de ellos votos de repudio. Debemos hoy, más que nunca, ir a votar.
Las mentadas de madre carecen de validez legal. Aunque se escriban con buena letra no tienen fundamento jurídico que obligue al destinatario a acatarlas. Podrían ser tomadas por los escrutadores como un insulto y no como petición o consejo. Se sugiere no complicar las cosas. Lo ideal en este caso es hacer llegar el mensaje a quien corresponda y en propia mano, atención elegante que el hijo aludido deberá agradecer.
El voto en blanco, que en la última novelita de Saramago da lugar a una crisis más grave que la del ensayo de la ceguera, tiene una rendija peligrosa: nadie garantiza que una mano negra no rellene los huecos. Ya lo sé, representantes de todos los partidos vigilan la limpieza del procedimiento. Sí, pero son los que están contra la protesta, quieren que nada cambie, que el voto sea en favor de sus designados y no contra el sistema creado por ellos mismos. El voto en blanco es la iglesia en manos de Lutero. La ocasión hace al ladrón. De todos modos, los votos en blanco serán anulados. Y por lo tanto, contarán como nulos.
Por eso es mejor el tachón. Rayas cruzadas, atravesadas, engarzadas, curvas o rectas, que no dejen lugar a dudas sobre la intención del votante. Obsérvese que no es una abstención. Es un voto, una manera legal, porque no está prohibida, de votar. Es un voto que expresa una voluntad de influir para cambiar. Lo declararán nulo. De eso se trata. La declaración será certificado de nacimiento de una manifestación que, por pequeña que sea, nadie podrá ignorar. Constará en las actas. Votamos. Somos los del voto nulo. No tenemos pastor y no somos corderos. Somos los vecinos del 19 de septiembre de 1985.
Los poderes políticos y fácticos sienten pasos en la azotea. Presienten que más que un voto anulado es una especie de inesperado plebiscito. No hay manera de anular el voto nulo.
Defender el derecho de elegir libremente a sus gobernantes, es el propósito concreto de una población amorfa, vaga, pero tan real como su unión solidaria en un ágora de chips y .com.
Viene una contraofensiva. La gaceta religiosa dijo que la anulación es una actitud antidemocrática. Que debemos votar por candidatos. Representantes de sindicatos afines, líderes charros, gremios empresariales, intelectuales domésticos y artistas exclusivos expresarán su asco al voto nulo. Desde las telenovelas hasta los juegos de futbol se usarán para convencer al público del peligro de la anulación que pone en riesgo a la patria.
Pero no se le puede poner puertas al campo. La primavera ha venido, nadie sabe como ha sido. Sí se sabe, don Antonio: ha llegado por internet.
Y no se deje equivocar: anular es votar, no para matar a la democracia, sino para fortalecerla. Para anular lo que la agrede.
Es una forma de darle contenido a una mentada de madre.

La refundación


Sergio Aguayo
Reforma

Los partidos aparentan normalidad, pero están inquietos por la irrupción ciudadana en su mullida exigencia. ¿Modificarán su indiferencia y aceptarán una refundación que reduzca sus privilegios? El jueves 25 de junio debatieron, en las pantallas de Televisa, los presidentes de los tres principales partidos. Hubo pocas novedades en sus apreciaciones sobre economía y seguridad, los temas que eligieron. Germán Martínez y Beatriz Paredes reiteraron información e ideas para alabar a sus organizaciones, se lanzaron inofensivas puyas e ignoraron a Jesús Ortega. Sobre las turbulencias políticas guardaron silencio, como si en esa dimensión no pasara nada. Ortega fue el único que mencionó de pasada al movimiento para anular el voto. Lo descalificó con la ñoñería de que anular es "dar un cheque en blanco para que las cosas sigan igual". Una crítica superficial sobre una movilización ciudadana que, con su exigencia de reformas, ha calentado una elección cara y guanga. Cuando sienten amenazada la arquitectura política, los partidos borran cualquier diferencia y se atrincheran para defender su lucrativo monopolio sobre la vida pública. Los tres dirigentes reconfirmaron que sus lealtades están con el orden establecido convirtiéndose, con ello, en aliados conscientes o involuntarios de monopolios y oligopolios, gobernadores, sindicatos y capos del crimen organizado. Esta actitud ha repercutido negativamente en otros ámbitos estratégicos. En su afán por preservar empleos bien pagados, posiciones de poder y presupuestos, han recortado la autonomía de los organismos públicos encargados, en la teoría, de defender a las víctimas y al interés general. Salvo unas cuantas excepciones, los partidos han puesto, para dirigirlos, a personajes sumisos dispuestos a someterse a los intereses del gobernante o el poderoso. La ciudadanía está indefensa. Revisemos, con esta perspectiva, el caso de la guardería ABC de Hermosillo. Me salto por conocido el ofensivo tráfico de influencias y complicidades entre particulares y funcionarios estatales y federales para llamar la atención sobre la etérea participación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que debería estar encabezando la búsqueda de justicia en el drama de los niños muertos. En entrevista telefónica, Catalina Soto, vocera del "Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio", califica a la Comisión como la "ausente".
La ausencia resulta directamente del control que los partidos tienen sobre ese organismo. El actual presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de
Sonora (CEDH), Jorge Sáenz Félix, carece de experiencia o compromiso en el tema. Para asegurarse la subordinación del organismo, el gobierno de Eduardo Bours lo sujeta con el grillete financiero. La levedad del ombudsman sonorense es la norma; salvo contadas excepciones, estos organismos son adornos que intentan disimular, cada vez con menos éxito, la ausencia de un Estado de derecho. El Instituto Federal Electoral también se encoje frente a algunos temas. Jenaro Villamil, de Proceso y Carmen Aristegui, de MVS, han estado documentando que el Partido Verde Ecologista puso en los primeros lugares de su lista a ocho personas ligadas a las dos televisoras lo que garantiza a esas empresas un bloque de diputados. ¿No debería opinar el IFE sobre una simulación que distorsiona la letra y el espíritu de la Constitución? ¿No podrían los partidos pronunciarse sobre la impostura? ¿Tanto miedo le tienen a las televisoras? Anular el voto es una expresión de descontento que a mediados de junio contemplaba el 17 por ciento de los electores (Alejandro Moreno, "Temas para una nueva reforma electoral", Reforma, junio 28, 2009). Pese a su relativa importancia, el movimiento para la anulación del voto ha sido condenado hasta por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien pasó por alto que en su país, Chile, la opción está aceptada y reglamentada. Pese a las críticas, el movimiento ya pasó de la protesta a la propuesta. En la asamblea nacional realizada el 30 de junio, las diferentes organizaciones aprobaron una agenda mínima que, de prosperar, impulsará un rediseño de la arquitectura del sistema político. El 6 de julio se inicia una batalla larga y difícil porque el debate entre los presidentes de los tres grandes partidos mostró la determinación con la cual defenderán sus extraordinarios privilegios. En el choque que viene, nos jugaremos la esencia de la democracia.


La Miscelánea
Para solidarizarse con los niños sonorenses muertos en una de las mil 500 guarderías subrogadas por el Seguro Social (¿algún día nos entregará la lista, señor Presidente?), un grupo de ciudadanos sin partido político realizarán una marcha en el Distrito Federal el próximo sábado 4. Iniciará a las diez de la mañana frente al Seguro Social (Reforma 476) para caminar hacia la representación del estado de Sonora (Goldsmith 228, Polanco).


Correo electrónico: saguayo@colmex.mx

miércoles, 1 de julio de 2009

X


Jacobo Zabludovsky
Bucareli
El Universal

El próximo domingo votaré nulo. Mi intención, generada sólo por una ley electoral defectuosa, para presionar su reforma, podría tener muchos otros motivos. La semana ha sido pródiga en causas de protesta que un voto nulo puede desahogar, aunque se estrelle contra el muro del importamadrismo oficial.

No sé por dónde empezar. Por donde sea. Es igual. De pronto aparece el escudo nacional que interrumpe los programas más vistos de la televisión y el presidente Felipe Calderón, entre la bandera y la secretaria de Relaciones Exteriores, informa solemnemente al pueblo de México que una francesa secuestradora convicta y sentenciada no será extraditada a su país. Bastaba un boletín de prensa de seis renglones. O tres. Me imagino a Sarkozy de pronto en la televisión francesa para informar a sus compatriotas que un mexicano delincuente, confeso, procesado y encarcelado en París por delitos del orden común, no será extraditado a México. Esa misma noche la señora Bruni dormiría sola y su esposo con camisa de fuerza en un asile d’aliénés. Pero, claro, Francia y el México actual son países distintos, cada uno con sus costumbres y cada cosa en su lugar. Allá ellos. Nosotros estamos orgullosos de ser una república chocolatera marca Morelia Presidencial.

En cambio, la tragedia más grande de la historia de México en que las víctimas fueron niños, no mereció un mensaje televisado. Aunque sólo fuera para dar el pésame a los padres de 70 niños quemados vivos, 48 de ellos sepultados y los demás con lesiones graves, dolorosas, que les dejarán huellas físicas y síquicas irreversibles. Aunque sólo fuera para comprometerse con la justicia y manifestar una voluntad política de no dejar impune el complejo de delitos que, emanados de la corrupción, provocaron el desastre del sexenio.

Todo terminó, aparentemente, en la aprehensión de funcionarios de inferior jerarquía y un pugilato verbal entre el secretario de Gobernación y el gobernador de Sonora. “No le acepto al gobernador el tono altanero con que se refiere al Presidente”, dijo un secretario que está ahí por un dedazo, al hablarle en tono altanero a un gobernador que está donde está mediante el voto ciudadano en un estado libre y soberano. Dicho sea esto refiriéndome a las instituciones, no a las personas, después de que el gobernador elevó la discusión a las alturas del intelecto socrático al dictar cátedra: “Queremos saber a qué se refiere con eso de aventar la bolita”. No hay a quién irle.

Desde antes de que se enfriaran las cenizas, el procurador general de la República declaró que nadie iría a la cárcel y ahora, al atraer el incidente, como lo llamó el invisible director del Seguro Social, dirigirá las investigaciones que llevarán al resultado previsto: se los dije, y a otra cosa mariposa.

Es entonces cuando el presidente Calderón toma el toro por los cuernos y nos aconseja afiliarnos a los partidos políticos. “Si se quieren mejores partidos, particípese en los partidos, y si éstos no convencen, fórmense otros”, dijo. Nunca habló de reformar una ley injusta, para que coexistan partidos y otras maneras de registrar candidatos de acuerdo con el espíritu de la Constitución, que hace del derecho de votar por quien uno escoge libremente la piedra fundamental de la democracia. Para el señor Calderón no hay más ruta que la nuestra, como dijo el comunista Siqueiros. Yo creo en un camino probado en otros países, con partidos políticos que coexistan con organismos que ofrezcan más opciones. Que desaparezca el sistema monopólico del registro de candidatos, que no sea derecho exclusivo de los partidos políticos. Todo por la vía pacífica, respetuosa, dentro del marco de la ley.

Por eso mi voto será nulo. Si tuviera alguna duda me bastaría, para fortalecer mi convicción, ver quiénes reprueban esta forma reposada de ejercer un derecho. No debo estar tan extraviado si los que se creen dueños de la brújula, del rumbo y del destino, se muestran unánimes en urgir la presencia de un exorcista para que nos saque del cuerpo el espíritu maligno.

Que cada quien vote como se le pegue la gana y en santa paz.

Yo votaré con una X.

jueves, 25 de junio de 2009

El voto nulo crece por desinformación de partidos y candidatos a ciudadanos

El voto nulo, cuya intención entre la ciudadanía crece conforme se acercan las elecciones del 5 de julio, además de ser motivado por el rechazo al sistema político-partidista actual, se nutre de un componente adicional que es “la terrible desinformación” que existe por parte de partidos y candidatos sobre sus propuestas para construir un país mejor, afirma Óscar Espinosa Mijares.

El director del proyecto Cancha Ciudadana, colocado en el ciberespacio (www.canchaciudadana.org), deja en claro que en la contienda electoral que tendrá lugar en 10 días, “el enemigo a vencer, el mayor rival de todos, es el abstencionismo”, que sólo puede ser derrotado con la madurez de los partidos y candidatos, así como de la ciudadanía mediante una cultura política que parte de la información.

Creado por un grupo de nueve jóvenes mexicanos, Cancha Ciudadana es un foro apolítico de discusión y debate acerca del próximo proceso electoral, explica su director, quien se declara preocupado porque a pesar de las claras señales de hartazgo de la ciudadanía hacia las formas de hacer política en el país, los partidos y sus candidatos sustentan sus campañas en todos esos vicios añejos que el electorado ya no soporta.

Óscar Espinosa detalla:

“En esta Cancha todos los ciudadanos juegan. En Cancha Ciudadana los partidos políticos no son los dueños del balón, lo son los electores, que a la vez son los jugadores. Aquí los jugadores (la ciudadanía), tienen la oportunidad de desplazarse por la zona donde mejor se sientan, por el terreno que mejor pisen.

“Y como se trata de que éstos sean los auténticos ganadores en la disputa (electoral), en Cancha Ciudadana se les proporciona todo el conocimiento de las reglas del juego y de quienes ahí intervienen (partidos y candidatos), para que con su voto libre y soberano se conviertan además en los goleadores de la contienda”, explica de manera análoga a un encuentro de futbol.

Detalla que en ese website la ciudadanía encontrará la información más completa de cada uno de los mil 596 cargos electorales en disputa; de los contendientes; los distritos y municipios; las más recientes encuestas; cómo se ubican en este momento los aspirantes y, además, una radiografía completa sobre la situación económica, social y política del país.

Todo para que el ciudadano llene “la laguna informativa” que padece y con ello alcance una mayor conciencia y amplitud de criterio a la hora de emitir su voto.

Espinosa Mijares se dice consciente de que la votación del próximo 5 de julio se convierta en un hecho histórico, debido a la abstención y el voto nulo que se puede aplicar a partidos y candidatos contendientes, pero sostiene que, precisamente por ello, espacios como Cancha Ciudadana son importantes en este momento.

Aquí, explica, nuestra tarea no termina el 5 de julio; al contrario, lo que pretendemos con esta herramienta ciudadana es crear debate y diálogo permanente sobre los temas que importan a la ciudadanía, no solamente a los partidos.

Prácticamente en todas las ligas de Cancha hay espacios para la retroalimentación, para que el electorado exprese libremente su opinión y haga propuestas, que se interese y construya una auténtica agenda ciudadana que, de acuerdo con las condiciones políticas actuales, los partidos tendrán que retomar más temprano que tarde, advierte.

Samuel León Sáez y su hermano Santiago; Rodrigo Labarthe; Pía Silva; Beatriz Vázquez, Paulo Cantillo y David Figueroa, así como Halina Gutiérrez y Óscar Espinosa Mijares al frente, conforman el grupo de jóvenes que echaron a andar un blog de diálogo político en marzo pasado, pero debido a la calidad del espacio creció hasta convertirse en un ambicioso e interesante proyecto que hoy es toda una realidad.

martes, 23 de junio de 2009

Anulan su voto por desencanto


El sentir de los capitalinos respecto a los partidos y sus candidatos quedó de manifiesto en un sondeo realizado por EL UNIVERSAL, en pleno Zócalo de la ciudad de México.

Mediante una urna móvil, las opiniones se recogieron en papeletas con los emblemas de los partidos contendientes. En esos trozos de papel, varios ciudadanos optaron por no cruzar ningún logo de partido, sino más bien escribir de puño y letra su malestar con la clase política.

Y el resultado fue un empate entre el voto nulo y el voto por el PAN. La preferencia por el PRD se expresó muy de cerca, pisándole los talones.

Este ejercicio periodístico -sin fines estadísticos ni de encuesta- sirvió para conocer mucho más que la intención de voto de los ciudadanos, pues la inconformidad y la apatía electoral se mostraron con expresiones como las siguientes: "Por ninguno", "Ya basta de robar al pueblo", "Dejen de robar a México", "Todos los partidos son lo mismo, bola de rateros todos", "No tengo idea de quién podrá responderle a México".

Hubo quien de plano tachó todas las opciones, una por una, o la boleta de esquina a esquina: "No tengo preferencia por ningún partido" o "Gracias por participar". Incluso, alguien sugirió: "Que se unan y hagan cosas de calidad y confianza".

Estas opiniones guardó la "urna itinerante", que 10 minutos antes de las 11 de la mañana se instaló en el piso, muy cerca de la salida del metro Zócalo.

En los cinco primeros minutos sólo una pareja de unos 40 años de edad se acercó a ver de qué se trataba.

Con la boleta en mano, ella preguntó: "¿En cuál partido está López Obrador?". Su esposo le respondió con el dedo sobre la boleta. Y hubo alguien muy menor, pero más explícito que jalaba impaciente la falda de su madre y le decía "PRD, PRD".

Minutos más tarde, pero con la misma intención, una mujer de la tercera edad preguntó: "¿Quién es el candidato del PRD?, para saber si está con los Chuchos o con los otros, porque la gente de los Chuchos traicionó al PRD y al país". Y ya en su ánimo conversador, criticó la apatía de los jóvenes hacia la política: "Ya no son como antes, ya no les interesa la política. No son como en el 68".

Aunque empataron en cuanto al número de votos, no se escuchó ninguna voz que comentara algo sobre el PAN. Fue como un voto en silencio.

Votos pragmáticos

No habían pasado ni 10 minutos, cuando personal del gobierno del Distrito Federal y de la policía se acercaron a preguntar qué pasaba. Y aún con la respuesta satisfecha, cuatro uniformados se quedaron observando la dinámica discretamente; sólo uno de ellos se animó a participar.

Para otros electores, la decisión no dependió de convicciones, como la de un hombre de cabello blanco que sin pensarlo mucho marcó el logotipo de un partido y dijo: "Este está de moda".

A paso lento, un matrimonio se acercó a donde estaban las boletas. Él, con dos gotas como lágrimas tatuadas en la mejilla, preguntó de qué iba el ejercicio y sin pensarlo dos veces se animó a emitió su voto.

Pero los que hablaron de más, hasta repitieron frases de campaña de algún partido: "Que le den pena de muerte a los secuestradores; aunque sea con uno o dos que maten. Yo voto por éste", dijo un padre de familia.

Y no faltaron la curiosidad ni la apatía. La primera se detenían para escuchar las instrucciones del ejercicio. La segunda rehusaba a participar con el pretexto de "tengo prisa", "no, ahorita no", y "ahorita no puedo, con estos niños en la calle... hey, vámonos a desayunar a los azulejos...", dijo una mujer rubia, de piel blanca, vestimenta de marca y lentes oscuros a quienes la acompañaban. De todo había en el zócalo de la ciudad. (Con información de David Galicia y Juan Pablo Mayorga)

Anular es votar

Denisse Dresser
Reforma

Anular es votar. Es participar. Es ir a la urna y depositar una boleta para expresar el descontento con un sistema democrático mal armado, que funciona muy bien para los partidos pero muy mal para los ciudadanos. Hemos construido una democracia parcial en la cual existe la capacidad de votar pero no de sancionar. Es como si usted -lector o lectora- contratara a un empleado, le pagara el sueldo durante los próximos tres años, y no pudiera despedirlo o castigarlo si su desempeño es malo, o atenta contra el bienestar de la empresa. Eso es, en efecto, lo que hemos venido haciendo: votando por personas a las cuales nunca volvemos a ver, cuyo comportamiento en el Congreso desconocemos, cuyo incentivo para representarnos es nulo porque al final de su periodo saltarán a otro puesto. Porque no hay reelección pero sí hay trampolín; porque nos han otorgado la capacidad para llevar a alguien al poder, pero no contamos con instrumentos para asegurar que lo ejerza en nuestro nombre. La anulación no busca acabar con la democracia sino aumentar su calidad y su representatividad. La anulación no intenta dinamitar el sistema de partidos sino mejorar su funcionamiento.
Anular es votar. Es contribuir. Es ir a la urna y votar por "Esperanza Marchita" o por cualquier candidato independiente, usando el único instrumento con el cual contamos. El único mecanismo -imperfecto, difuso, chato- que nuestra democracia trunca ofrece hoy en día. Porque llevamos años pidiendo que los partidos democraticen el sistema, sin que lo hayan hecho. Porque llevamos años exigiendo que combatan la corrupción, sin que hayan mostrado la menor disposición a ello. Porque llevamos periodo legislativo tras periodo legislativo de bancadas que congelan iniciativas prometidas durante la campaña y archivadas cuando llegan al poder. Porque queremos ayudar desde afuera a los que están intentando reformar desde adentro; a aquellos que enfrentan cotidianamente la resistencia de partidos autistas que defienden intereses enquistados.
Y esa inercia no se puede combatir -ya lo hemos visto- con lo que algunos proponen como solución. No basta con formar otro partido, si acaba corrompiéndose para sobrevivir. No basta con cabildear a los legisladores, si su futuro no depende de escuchar a los ciudadanos sino de disciplinarse ante su líder parlamentario o algún poder fáctico. No basta con organizar otro foro -como los tantos que hubo en torno a la reforma del Estado- para fomentar la discusión si ese foro va a terminar siendo ignorado. El problema fundamental del sistema político es la ausencia de mecanismos que le den a la ciudadanía peso y voz. Los incentivos del sistema político están mal alineados: los legisladores no necesitan escuchar a la ciudadanía ni atender sus reclamos, porque la longevidad política no depende del buen desempeño en el puesto. Entonces, la anulación no busca destruir el andamiaje institucional sino centrar la atención en sus imperfecciones y en lo que falta por hacer y mejorar.
Anular es votar. Es tratar de componer lo que está descompuesto. Es usar esta oportunidad para cambiar un sistema que privilegia la rotación partidista por encima de la representación ciudadana. Es usar esta oportunidad para rediseñar las reglas y no sólo votar para darle un par de curules más al PRD o al PAN. La anulación no entraña dejar en manos de otros la decisión, sino crear la condiciones para que los ciudadanos verdaderamente cuenten. La anulación no entraña fortalecer el "voto duro", sino crear condiciones para que se vea reemplazado por el voto ciudadano. Para que el acarreo corporativo vaya perdiendo peso conforme aumente la participación de personas que creen en las instituciones en vez de desconfiar de ellas. Para que en lugar de cortejar a Elba Esther Gordillo o a Valdemar Gutiérrez, los partidos se vean obligados a cortejar a personas como usted.
Anular es votar. Es contribuir. Es diagnosticar problemas con la intención de proponer soluciones. Es apelar a los partidos para que comprendan la crisis de representación que han creado y busquen maneras de afrontarla. Y aunque el movimiento impulsado entre tantos mexicanos reúne diversos reclamos, parece haber consenso en torno a algunos ejes. La necesidad de darle a los ciudadanos una forma de castigar o premiar a sus representantes. El imperativo de las candidaturas ciudadanas independientes. La reducción del financiamiento público a los partidos. La posibilidad de incorporar figuras de participación directa como el plebiscito y el referéndum. La propuesta de atar el voto nulo a la cantidad de recursos que se destina a los partidos.
Todo ello con la intención de fortalecer a la democracia y asegurar su representatividad. Todo ello con la intención de empujar a los partidos a enarbolar reformas que tanto resisten. Porque como decía Barack Obama a lo largo de su campaña presidencial: "el poder nunca concede por su propia cuenta". Y la anulación del voto es una forma de obligar a que lo haga en nuestro nombre.

DIFERENCIA ENTRE ABSTENCIÓN Y ANULACIÓN DEL VOTO

Abstención es avalar; es decirles que estás conforme con quien resulte ganador, que no te importa quién gane.
Anulación es PRESIONAR PIDIENDO UN CAMBIO.

¿POR QUÉ?
20 % DE LOS VOTOS NULOS HACEN NULA LA CASILLA.
20 % DE LAS CASILLAS NULAS HACEN NULO EL DISTRITO.
20 % DE LOS DISTRITOS NULOS HACEN NULA LA ELECCIÓN.

Fórmula para obtener y/o conservar el registro ante el IFE y por lo tanto mucho dinero:
VOTOS RECIBOS POR ESE PARTIDO/VOTOS EN LAS URNAS (LOS VOTOS EN LAS URNAS SON TODOS LOS VOTOS EJERCIDOS + VOTOS NULOS).

El 2% es el mínimo necesario para obtener y/o conservar el registro ante el IFE. Por lo tanto, si aumentamos el universo de votos contenidos en la urna, el porcentaje a favor de ese partido disminuirá. Por lo que si no estamos de acuerdo con ninguna de las propuestas o candidatos, una opción que tenemos para deshacernos de esos vivales y que sus partidos pierdan el registro, es que en lugar de abstenernos, anulemos el voto. Si consideramos que se estima un 70% de abstencionismo, cambiemos la historia y en lugar de 70% de no ir a votar, seamos 70% de votos nulos.
El voto nulo no elige a nadie, pero cuenta y cuenta mucho porque baja el porcentaje de participación económica de cada partido ante el IFE.
Asi que en esta elección si tú no querías ir a la casilla a votar, por flojera o cualquier otra razón, piensa ¿qué será mejor? Decirles: “Estoy conforme con quien resulte el ganador y no me importa quién sea.” O que les digas: “¡No! Ninguno de los que me pones me gusta o ninguno me satisface, y te voy a bajar el sueldo o a quitar el registro.

Si tú aún no votas, coméntalo con los adultos cercanos a ti. Espero que cuando seas mayor de edad esto ya sea diferente para los de tu generación.
Si tú eres político, se que esto no te va a gustar porque va en contra de tus intereses y los de los partidos, pero vale la pena intentar un cambio en México y que los ciudadanos tengamos mas participación en la política y que ustedes dejen de ser los dueños y vivales del país.

Mayor información:
4000x25x10. Un millón de mexicanos por la dignidad ciudadana.
Ley Federal Electoral, Libro Sexto, Capítulo Único, Artículos 299, 300 y 301.

jueves, 18 de junio de 2009

Eso del voto blanco es una "jalada": Vicente Fox

"Eso del voto blanco es una jalada", señaló aquí el ex presidente Vicente Fox Quesada, quien realizó una gira por los municipios de Naucalpan, San Mateo Atenco y Toluca, acompañando a los candidatos del PAN a presidencias municipales, diputados locales y federales.

En Lomas Verdes, Vicente Fox acompañó a Edgar Olvera, candidato a la presidencia municipal de Naucalpan, a los hermanos Patricia y Porfirio Durán, Fernando Platas, Gustavo Parra Noriega y Mariela Pérez de Tejada, candidatos a diputados locales y federales.

Ante cerca de 500 vecinos, militantes y personal del ayuntamiento, Fox Quesada los conminó a promover el voto a favor del PAN, "o de lo contrario vendré el 6 de julio a jarlarles el dedo gordo del pìe".

Hay que decirle a "Enrique no se te hizo, jovencito, no todo son telenovelas", cuando el PAN vuelva a ganar en el corredor azul, afirmó Fox Quesada.

Al negarse a hablar de la relación del narco con candidatos y políticos del PAN, en entrevista Fox exaltó el trabajo del presidente Felipe Calderón, porque "está haciendo un trabajo que nadie se atreve", en Estados Unidos están los principales consumidores, pero donde se está enfrentando al narcotráfico es aquí y "vamos a triunfar en esta lucha".

Hoy "yo y la Marthita, trabajamos en construir la casa grande", en el Centro Fox, 24 horas del día buscando y promoviendo liderazgos, facilitando, apoyando para que cada persona descubra ese liderazgo.

"A veces hay un desencanto, a veces hay quien viene a promover votos blancos y esas tonterías", por eso - reiteró- hay que seguir trabajando en promover la democracia.

Edgar Olvera, candidato del PAN señaló que Naucalpan, sigue siendo la "Casa Azul" donde hace 27 años ganó por primera vez el PAN, en 1982, cuando Acción Nacional por primera vez ganó un distrito -el 18- con Armando Gordillo como candidato.

martes, 16 de junio de 2009

Legitimidad anulada

Alberto Aziz Nassif
Investigador del CIESAS

La novedad más debatida en esta elección es que se ha puesto en duda, de forma directa y activa, la legitimidad de los partidos y los candidatos con el movimiento de opinión pública que se ha pronunciado por el voto nulo. Este movimiento afectará la legitimidad de los resultados del proceso electoral.

A medida que se acerca la elección del 5 de julio se terminan de pulir las estrategias y se definen con más precisión los dilemas de este proceso. Uno de los dilemas más relevantes que se presentan en este momento es el que se plantea entre cálculo político y legitimidad. El primero tiene que ver con el trabajo de los partidos y los candidatos para ganar la mayor cantidad de votos, los cuales se van a traducir en curules, financiamiento público y espacios en radio y televisión. El segundo tiene que ver con las formas cómo se van a lograr estos objetivos, es decir, si la ganancia electoral va a tener reconocimiento y prestigio social para lograr una buena representación ciudadana o, por el contrario, si se va a aumentar el desprestigio y el rechazo ciudadano hacia la política partidista.

El debate que se ha generado con esta elección sobre anular el voto es interesante porque ha permitido analizar el estado de nuestra democracia. Hay un supuesto que comparte un amplio sector de la ciudadanía, y que algunas encuestas lo han medido: la insatisfacción ante los resultados deficientes que ha tenido la democracia durante esta fase inicial. Este proceso se manifiesta en el poco aprecio ciudadano hacia las instituciones y los actores políticos.

Desde hace tiempo existe una creciente falta de participación electoral; se trata de un abstencionismo que ha tenido tres características: abultado, difuso y pasivo. No acudir a votar se ha instalado como un fenómeno que no ha tenido prácticamente ninguna repercusión en la vida pública del país. Los partidos conviven de forma más o menos cómoda con los millones de ciudadanos que no asisten a las urnas. Este rechazo silencioso no molesta a los partidos, porque se puede interpretar como un problema de falta de cultura política de los ciudadanos o como una expresión que ya forma parte del paisaje cotidiano electoral. No obliga a los partidos a hacer nada fuera de sus clásicas rutinas y, al final de cuentas, simplemente se ignora a estos millones que no votan.

Si cada tres o seis años los partidos piden el voto de los ciudadanos y sólo obtienen la mitad o menos de los posibles sufragios, piensan que se trata de un problema ciudadano. Ni la clase política ni las autoridades electorales o instituciones como la Iglesia católica se han preocupado mucho por la abstención. Es probable que esta expresión de millones de ciudadanos no afecte el cálculo político o la legitimidad de los procesos.

En cambio, hoy resulta contrastante lo que ha generado el movimiento por el voto nulo: una condena generalizada de la clase política porque, a pesar de que pueda ser una expresión relativamente pequeña, habrá que esperar la elección para conocer su dimensión; es un abierto rechazo que pega de forma directa a la legitimidad política de partidos y candidatos.

Quizá uno de los mejores aprendizajes que ha dejado el movimiento por la anulación es que le ha dado al voto un nuevo sentido, lo ha convertido es una poderosa arma de rechazo. La anulación tiene una lógica: ponerle un alto a la ineficiencia, al cinismo, a la opacidad, a la falta de rendición de cuentas y a los abusos de una clase política, que con amplios recursos y posibilidades prefiere mirarse al ombligo de sus intereses.

También puede tener consecuencias prácticas; una de ellas es la que afecta al cálculo político, el cual —según escribió en estas páginas Mauricio Merino— afectará sobre todo a los partidos más pequeños y beneficiará a las grandes maquinarias electorales que tienen capacidad para mover a los electores.

Si se afecta a los pequeños partidos, quizá se trate de una acción positiva, porque varios de estos institutos son en realidad franquicias que se alquilan o se venden, y están muy lejos de convertirse en nuevas opciones partidistas frente a los tres grandes y viejos partidos. Tenemos que preguntarnos por qué los viejos partidos son los que siguen gobernando el país y no han surgido nuevas opciones viables para ser gobierno. En otros países se ha dado una restructuración completa del sistema de partidos a partir de la transición democrática.

Una parte del malestar tiene que ver con los viejos partidos, que sólo reciclan sus mañas y acrecientan sus beneficios. Los nuevos y pequeños partidos muchas veces han resultado peores que los grandes. No se piensa que una democracia pueda funcionar sin partidos, pero parece que ha llegado el momento de decirles a los partidos que su funcionamiento no ha estado a la altura de las expectativas ciudadanas y que algo tendrán que hacer para legitimarse ahora que las urnas estarán mayoritariamente vacías con el abstencionismo y, quizá, con una legitimidad cuestionada por los votos de rechazo, nulos o blancos que se depositen.

En lugar de rechazar la anulación del voto, una clase política inteligente debería entender el malestar ciudadano y dar respuestas efectivas, pero eso es mucho pedir.

lunes, 15 de junio de 2009

Anular el voto por México

Es curioso que en toda la propaganda de los partidos invitan a los electores a votar por ellos con el discurso de que hay que rescatar a México de la corrupción y de los funcionarios corruptos e ineptos. Por su parte, el Instituto Federal Electoral (IFE), la semana pasada invitó a todos los partidos a su sede para lanzar una campaña con el lema “Yo sí voto por México” para hacer un frente común para contraatacar el movimiento ciudadano que invita anular el voto, en caso de que ninguna opción política les convenza

Es claro que los partidos y la clase política cada vez son más ajenos a las demandas y necesidades de los ciudadanos, por lo que les cuesta trabajo comprender a fondo este movimiento, surgido de forma espontánea por ciudadanos comunes con un mensaje muy claro: están hartos de que sus llamados “representantes” no atienden sus necesidades más urgente y se dediquen hacer grilla política en lugar de dar resultados. Ahora resulta que nos afirman que ellos si dan resultados y que si saben cumplir, ¡qué curioso! ahora resulta que los ciudadanos son los que mienten.

Es evidente que el movimiento para anular el voto o el llamado voto en blanco ha adquirido, a medida que avanza las campañas políticas, una fuerza tal, que los retractores de dicho movimiento están tratando de confundir a la opinión pública al decir que el abstencionismo sólo le favorece al voto duro y que una minoría sería la encargada de conformar el congreso. Por su parte, la ex primera dama, Marta Sahagún de Fox, afirmó con un aire de intelectual y experta en la materia: “Que anular el voto sería un paso hacia la anti-democracia y que la ciudadanía debe aprender a expresarse a través de los partidos y sus proyectos”.

En primer lugar, el movimiento ciudadano no invita al abstencionismo, sino al contrario, exhorta a la electorado que acudan a las urnas el 5 de julio, y si no les convence ninguna opción presentada en la boleta, entonces anulen el voto. Es claro que el voto nulo no es tomado en cuenta en nuestro sistema electoral, pero al menos, como he dicho en la anterior columna de opinión, quedaría constancia de la inconformidad ciudadana, además ¿por qué el electorado a fuerza debe elegir una opción? Algunos sugieren que se elija al menos peor, pero sería una salida fácil, cayendo nuevamente en la mediocridad, algo que este país esta tan acostumbrado.

Estoy totalmente de acuerdo lo que señalan los partidos políticos y candidatos al decir, que hay que rescatar a México de la corrupción y de los funcionarios corruptos, pero no en la forma que nos sugieren, al contrario, no nos dejan otra opción que no votar por ninguno de ellos.

Gabriel Carrillo
Servicio Sudamericano de Noticias

Más panistas contra el voto nulo...

Creel: el voto nulo, una ruta "anticívica"

Santiago Creel Miranda pidió a los promotores del voto nulo hacer a un lado esa ruta “anticívica” que sólo quedará como “un llamado a misa y mera anécdota”, y los retó a formular, a la brevedad, un decálogo como el que se planteó en su momento en los acuerdos del Castillo de Chapultepec, que derivaron en la ciudadanización y autonomía del Instituto Federal Electoral con la reforma electoral de 1996, entre otros logros.

Refiriéndose a Tatiana Clouhtier, Gabriel Hinojosa (primo de Felipe Calderón) y al resto de los promotores del voto nulo, Creel dijo: “Si estas personas quieren ayudarnos de verdad, que recuerden cuando a Agustín Ortiz Pinchetti y a mí nos tildaron de lunáticos” por pretender cambiar las reglas electorales, “pero se generó un ambiente nacional y lo conseguimos”.

—¿Sería una segunda parte de los Acuerdos de Chapultepec?

— Así es. Yo pongo sobre la mesa una propuesta para lograr hacer una ley de partidos políticos para transparentarlos y hacerlos verdaderamente democráticos en su vida interna. También pongo sobre la mesa la reelección consecutiva de legisladores para erradicar la plutocracia. Ahora que ellos propongan y no se autoexcluyan.

En entrevista con MILENIO, el ex secretario de Gobernación dijo que si bien comparte la frustración de los promotores del voto nulo, es necesario unificar criterios y obligar a todos los candidatos, a los actuales senadores, a los gobernadores y al propio presidente Felipe Calderón para que cumplan a cabalidad con el decálogo que se acuerde.

El senador del PAN sostuvo que a mediados de la década de los noventa un grueso de la población mexicana compartía “una frustración muy similar a la de hoy. Ambas igual de legítimas, pero en ese entonces lo que hicimos fue proponer 10 puntos que pudiesen ser asumidos por los representantes populares y comprometerse en una agenda y denunciar los desvíos, la falta de cumplimiento de la palabra”.

Creel agregó: “(Con) el hecho de votar en blanco el resultado es que el voto se anula como si se anulase por votar equivocadamente cruzando sólo una esquinita de la boleta y realmente no se sabe muy bien a bien quién anula por anular y quién anula por error. Y anulado el voto yo pregunto: ¿qué cambio se produce?”.

—¿Pero hay un mensaje, un ya basta?

—Pues es un mensaje que puede ser una llamada a misa o una anécdota porque no tiene ninguna dirección. Es un mensaje negativo como quiera verse, es un mensaje del no, y el no es la negación de la política. Aquí el punto es decir: bien, estamos en desacuerdo con el sistema de partidos, pero propongamos cosas. Yo propongo la regla de la reelección continua para romper de tajo con todo lo que mucha gente llama partidocracia… de qué le serviría a un presidente de partido hacer una negociación, entre comillas, inconfesable, si el diputado o senador tuviera como conciencia de que, independientemente lo que diga el presidente de su partido, ellos tienen que regresar a sus comunidades para volver a ser reelectos, y esa negociación inconfesable moriría en el papel.

“Por eso es importante que quienes se sienten lejanos y con enorme frustración, en vez de anular su voto, hagan una propuesta que obligue a los políticos a suscribirla y abramos un debate de cómo cambiar el sistema político”, aseveró.

—¿Pero acuerdos van, acuerdos vienen y no cambia nada?

—Eso no es cierto. Recuerdo que cuando nos juntamos Ortiz Pinchetti y yo, nos veían como lunáticos por pretender reformar el sistema político reformando las reglas electorales, pero ese seminario, en el que primero fuimos dos, luego cuatro, luego seis, luego 24, luego tantos y luego los partidos, y se fue generando un ambiente nacional de exigencia de cambio, que llegó al presidente de la República y que el propio secretario de Gobernación recibió las conclusiones del seminario, que se tradujeron después en una reforma.

“Tres cosas se pidieron: un IFE autónomo y ciudadanizado, fuera el gobierno. Un tribunal que pudiera reprimir excesos de gobernadores en elecciones. Tercero: mejoramos condiciones de igualdad en las elecciones. Esos elementos fueron incorporados en la reforma electoral de 1996. Se trató de un movimiento ciudadano engendrado en el seminario del Castillo de Chapultepec; no fue un voto en blanco, no fue autoexclusión, no fue actitud anticívica, sino actitud cívica de participación políticamente comprometida de propuesta y una actitud de un activismo para generar un estado de conciencia y un contexto de exigencia para operar ese cambio”.

—¿Qué debería contener ese nuevo decálogo, lo que sigue en el tintero?

—Así es. Un decálogo en el que los promotores del voto nulo expongan lo que ven mal de nosotros los políticos y del sistema político para cambiarlo, y obligarnos a los legisladores, a candidatos y a todos los gobernantes a suscribirlo.

Rodolfo Montes
Milenio


Atenta voto nulo contra democracia: Beatriz Zavala


La senadora panista Beatriz Zavala Peniche afirmó que convocar al voto nulo en las próximas elecciones federales es contrario a los principios democráticos.
En entrevista, sostuvo que "lo único que provocaría sería un retroceso democrático" pues el sufragio es un derecho que debe ejercerse, ya que así se contribuye a fortalecer la democracia.

"No hay razón para anular el voto, pues ya no existe un partido único que imponga su voluntad, el gobierno ya no controla a la autoridad electoral y los partidos políticos no dependen del dinero para hacer sus campañas", precisó.

La legisladora del Partido Acción Nacional (PAN) por Yucatán dijo que si bien no descalifica a quienes proponen esa opción, "la democracia se construye entre todos, con el voto de cada uno".

"Tenemos un sistema político pluripartidista y con el sufragio expresamos nuestras preferencias políticas y el tipo de país que queremos para nosotros y nuestros hijos", insistió.

Zavala Peniche indicó que "hoy el voto se respeta, por lo cual todos debemos participar. El abstencionismo activo se justificaba cuando no se respetaba el voto ni había autoridad electoral independiente".

"Promocionar la anulación del voto es contrario a los intereses de los ciudadanos, porque ganan las estructuras y allana el camino de regreso al gobierno autoritario", advirtió la ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social.

Voto y UNAM

Jacobo Zabludovsky
El Universal

Hace tres años voté para presidente de la República por un ciudadano sin partido político.

Después de hacer público mi voto recibí ataques por la inutilidad de emitirlo a sabiendas de que no sería contabilizado. El Código Federal de Procedimientos Electorales priva a las ciudadanos del derecho de votar por quien quieren, piedra fundacional de toda democracia, al dar a los partidos el monopolio absoluto del registro de candidatos, en el inciso 1 del artículo 218: “Corresponde exclusivamente a las partidos políticos nacionales el derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular”.


Mi voto de entonces tuvo dos motivaciones. Primero, la satisfacción personal de votar por quien yo creía firmemente que tenía atribuciones suficientes para gobernarnos. Después, la parte de protesta que tal voto llevaba contra una ley defectuosa. Los hechos me dan la razón: la institución que ese ciudadano dirigió durante ocho años fue galardonada esta semana con el Premio Príncipe de Asturias. El premio no fue para él, por supuesto, sino para miles de alumnos y maestros, generaciones de mexicanos que han hecho de la UNAM un orgullo de México. Pero es un ejemplo de la restricción a que nos somete la fórmula que rige las elecciones.


En otros países las leyes que norman el proceso electoral permiten que los ciudadanos manifiesten su voluntad por conductos que no necesariamente sean partidos políticos. Ambos sistemas coexisten, parten del respeto al derecho ciudadano de escoger candidato, registrarlo
para que aparezca en las boletas y poder votar por él. Es sana la existencia de partidos políticos. Lo que mi voto nulo pretende es abrir la discusión pública para examinar sin violencia cómo adecuar la ley a la exigencia de un número todavía indeterminado de ciudadanos que aspiran
a registrar, sin mediación de partidos, sus candidatos a puestos de elección popular. Debemos analizar las posibilidades jurídicas y permitir a los ciudadanos sin partido, que somos los más en este país, aportar la fuerza de nuestro voto a la elección de mejores mandatarios.


En México quienes hicieron la ley privaron a los mexicanos del derecho de escoger y entregaron todo el poder a los partidos.

José Woldenberg, aplaudido por su labor al frente de un Instituto Federal Electoral que ha perdido respeto desde su ausencia, publicó el jueves en Reforma un artículo en que pregunta: “¿Qué tienen en común Dulce María Sauri, José Antonio Crespo, Diego Valadés, Jacobo Zabludovsky, así como algunos otros intelectuales?... Los emparenta un malestar... están cansados
de lo que ven en el escenario político… En México, el voto anulado será en el mejor de los casos un termómetro del humor público, pero al final los votantes por los diferentes partidos y candidatos decidirán quiénes gobiernan y quiénes legislan”. Coincido con el comentario de Woldenberg, aunque no me convence de la necesidad de que sea exclusivo de los partidos el derecho de registrar candidatos.


Junto a defensores de buena y mala fe de la ley electoral se colocan instituciones y personas del más diverso pelaje que también se rasgan las vestiduras por las ofensas a su solución jurídica. Qué curioso. Las grandes, tradicionales y ricas agrupaciones que coinciden en defender la ley y calificar de estúpido y traidor a quien vote nulo, tienen un denominador común: están satisfechas. Personajes notorios sonríen seguros, con el optimismo propio de quien se siente dueño. Lucharán a morir por que nada cambie. Los partidos políticos les sirven la comida y debajo de la mesa algunos trovadores reciben los pellejos.


Por eso el 5 de julio votaré nulo, aunque los invitados a la fiesta opinen que mi voto no vale. Mienten. Los votos nulos son contados. Tienen que ser admitidos por los funcionarios electorales si su número es mayor a la diferencia de votos entre los candidatos que van en primero y segundo lugares. En ese caso (artículo 279) se ordenará un nuevo escrutinio durante el cómputo oficial en las juntas distritales. O sea, que el voto nulo, no lo es tanto.

Creo que mi voto del 2006 fue precursor de este movimiento espontáneo que por la vía de la nulidad se convierte en un escape al descontento. No nos dejemos confundir: abstenerse es una grave torpeza. Debemos ir a votar. Votar nulo. Opinar contra una manera de elegir a nuestros gobernantes que ha dado resultados lamentables. Por la vía legal y pacífica de nuestro voto, voto nulo, pedimos que se modifique la ley.

Eso es todo. Nada más. De la UNAM y el Príncipe de Asturias hablaremos con calma. Para regocijarnos.

Martí propone pacto “mi voto por tu compromiso”

El presidente de la Fundación México SOS, Alejandro Martí llamó a la ciudadanía a emitir su voto a cambio de que los candidatos se comprometan por escrito y ante notario público a cumplir sus propuestas de campaña.

En conferencia de prensa, el empresario propuso a los ciudadanos el Pacto Nacional Ciudadano "Mi voto por tu compromiso", que será apoyado por las organizaciones México Unido contra la Delincuencia y el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia.

Con esa iniciativa se pretende reorientar de manera positiva el desencanto ciudadano en vísperas de la jornada electoral del 5 de julio.

Martí consideró que ante los altos niveles de inseguridad en el país, los ciudadanos deben votar a cambio de que los candidatos se comprometan a trabajar en los cambios que requiere el país, y dejen a un lado la idea del denominado "voto en blanco".

Aseguró que es indispensable contar con mecanismos de rendición de cuentas, así como reforzar las garantías de expresión de los mexicanos para exigir el cumplimiento de las obligaciones de los funcionarios.

El empresario sugirió que, en una primera etapa, el Observatorio Ciudadano local se encargue de monitorear los compromisos adquiridos por los políticos que se sumen a esta propuesta.

Empero si los nuevos gobernadores, alcaldes y los diputados locales y federales incumplen lo pactado que renuncien o pidan licencia y dejen a otros la oportunidad de actuar en beneficio de la sociedad, recalcó.

Entre los compromisos que deberán cumplir los candidatos a gubernador, alcalde y a jefe delegacional sobresalen las acciones para reducir los índices de impunidad relacionados con el secuestro, la extorsión, el robo y el homicidio.

En tanto, los candidatos a diputados locales y federales deberán comprometerse a emprender acciones que permitan a los ciudadanos expresarse libremente durante los procesos electorales.

Así como a ampliar el Servicio Profesional de Carrera y a posibilitar la operación efectiva de figuras como el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular.

Notimex

El IFE afirma que ni cosquillas hará voto nulo a los partidos

El presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Lenardo Valdés Zurita, consideró que el llamado “voto blanco” carecerá de efectos en el cómputo de las elecciones del próximo 5 de julio, pues sólo se contarán los sufragios válidos.

El funcionario señaló que esta expresión política en nada modificará el financiamiento público de los partidos, y tampoco pondrá en riesgo a los partidos chicos, que deben obtener un porcentaje mínimo de sufragios.

Afirmó su respeto por las manifestaciones a favor del voto blanco, toda vez que el IFE “no es censor” de las expresiones de la sociedad mexicana, ya que su papel es de organizador y árbitro del proceso electoral.

Leonardo Valdés Zurita, en una visita al Palacio Legislativo, entrevistado por los reporteros dijo que la organización de la jornada electoral está casi concluida, pues “con mucho profesionalismo vamos muy avanzados”.

Indicó que ya concluyó la fase logística del proceso electoral, además de que 90% de los funcionarios de casilla ya están notificados y capacitados; “el caso es que en esta fecha no tenemos ninguna complicación”.

Tocante a los llamados a la emisión de voto en blanco, el presidente del IFE hizo hincapié en que “nosotros somos respetuosos de los mensajes que se difunden “, pues lo que le corresponde a los organizadores es contar los sufragios, al final de la jornada.
“Contaremos los votos registrando puntualmente el sentido del sufragio de cada ciudadano”.

Luego dijo: “Queremos advertir que anular la boleta electoral no tiene implicaciones; no cuentan para el registro de los partidos ni para el financiamiento público de los partidos”.

Valdés Zurita asistió a la presentación del Diccionario de la Constitución Mexicana en la Cámara de Diputados, a la cual también asistió el ministro David Góngora Pimentel.

jueves, 11 de junio de 2009

¿ABSTENCION O VOTAR?

A mí no me preocupa sí hay o no una gran abstención, me preocupa leer analíticamente esa situación y requeriría de tiempo para elaborar una reflexión seria. Como comentario de mi percepción, es que ha hecho crisis el modelo de economía abierta y democracia pluripartidista, se podría acotar la fecha de este modelo: 1986-2012, por supuesto que es discutible.

Si la economía no puede crecer y hay un gran desempleo y las válvulas de escape de la migración y la economía informal se cierran y la educación y la salud se deterioran y la aplicación de las reformas inconclusas del modelo nos alejan más del desarrollo y nos acercan a continuar en un crecimiento subdesarrollado, que por demás no es posible por la depresión mundial.

Si además el corporativismo de estado no se ha desmontado porque no hubo una estrategia adecuada, si en todo caso se ha hecho a medias, si hay una cultura política autoritaria y oportunista, si la población está despolitizada y la opinión pública es resultado de la manipulación mediática, si la corrupción es sistema y permea todo sin distinguir ideologías ni credos ni opciones políticas.

Si el narcotráfico y la inseguridad se han adueñado del tejido social, si el gobierno da palos de ciego y la oposición se acomoda porque la situación está canija....si las campañas están acotadas y acogotadas por golpes mediáticos, si las maniobras son cada vez más burdas, si la propaganda convence a pocos y decepciona a muchos...si finalmente va a haber una gran abstención como punta del Iceberg de lo antes dicho...

y si hay otras cosas más que se me escapan de momento...que sentido tiene votar, si las elecciones no tienen posibilidad de arreglar la situación ni económica, ni social ni políticamente....lo que menos importa en esta ocasión es preocuparse por votar de todos modos las cosas seguirán como están o se pondrán peor....económicamente la depresión es de largo aliento y políticamente la democracia no pasa de ser una recomposición descompuesta que no es posible así como están las cosas de recomponer...si el turismo tampoco nos puede salvar porque se requieren otras cosas que lo acompañen para salvarnos...

No tiene importancia de esgrimir razones para votar o no votar, sino de ponernos a pensar como sociedad por qué nos esta pasando esto y tener altura histórica y generosidad política para rehacer el rumbo y encontrar un destino donde todos quepamos para bien en este buque llamado todavía hoy México...buque ya encallado por la depresión mundial, las limitaciones y errores del modelo económico y la corrupción y el oportunismo políticos.

Aún así soy optimista....y mi optimismo no depende de si se vota o no se vota, sino de la capacidad de la sociedad mexicana para rehacer al país que se ha estado desmoronando en su tejido social, en su sentido de nación y en su coherencia institucional.

Saludos y que la depresión les sea leve...

MTRO. EDMAR SALINAS CALLEJAS
PROFESOR INVESTIGADOR UAM-AZC.

miércoles, 10 de junio de 2009

Los 'suicidas'

Sergio Aguayo Quezada
saguayo@colmex.mx
Reforma

Con el arrojo de los mosqueteros, las fuerzas vivas se lanzaron, todas a una, contra el movimiento proanulación del voto. Van algunas reflexiones sobre un consenso tan portentoso. Por falta de espacio, no comento las pertinentes reflexiones, a favor y en contra, de diversos colegas. Me concentro en los protagonistas de la política que coincidieron en zarandear a quienes apoyamos la anulación del voto: el PAN, el PRD, Convergencia, el PT, los verdes, los socialdemócratas, los obispos y cardenales, Andrés Manuel López Obrador y hasta Marta Sahagún nos han calificado de "antidemocráticos", "simplistas", "dinamiteros", "irresponsables", "demagogos", "perversos", "instrumentos de la derecha" y, en suma, de empujar a nuestra democracia hacia un "suicidio político". Hubo, por supuesto, voces mesuradas como la de la priista Beatriz Pagés, quien reconoció que "la ciudadanía es rehén y víctima de la partidocracia". Me sorprendió, confieso, lo primario de una réplica que ignoró gradaciones y negó toda legitimidad a una protesta tan espontánea y disímbola en sus orígenes y propósitos. Sin negar la posibilidad de que exista una franja con fines aviesos, hasta donde mi comprensión alcanza, sostengo que se trata de una movilización pacífica nacida de agravios reales, y apegada a la legalidad y a la legitimidad democrática. Tomo, a manera de ejemplo, la propuesta que estoy respaldando. Por no gustarme las candidaturas, escribiré en la boleta el nombre de Esperanza (una candidata ficticia). El artículo 252 de la ley electoral permite poner a un candidato no registrado (y existen varias posibilidades) y eso posibilitará contabilizar los votos de protesta. La mayoría de quienes protestaremos de ésta u otra manera no queremos incinerar en plaza pública a los partidos y a la clase política; es una forma de exigirles eficiencia, austeridad y honestidad, una mejor oferta de candidatos y mayor preocupación por el interés general en sus propuestas y en la forma en que ejercen sus cargos. Son, de hecho, las peticiones más elementales que les asigna la teoría política, las leyes y el sentido común.
Por ello resulta tan lamentable su reacción inicial. O nos descalifican, o nos piden paciencia y otro cheque al portador. Santiago Creel propone a las "organizaciones o líderes de opinión que están promoviendo la idea del voto en blanco, que expresen en qué no están de acuerdo con el sistema político, que planteen una agenda de compromisos y que todos los partidos y candidatos la suscriban y la lleven a cabo en los próximos años". Se oye bien, pero es un guión repetido hasta la saciedad. En 1908, Porfirio Díaz declaró a James Creelman que el pueblo de México ya estaba listo para la democracia y que él respetaría el veredicto. Cuando Francisco I. Madero le tomó la palabra e incendió México con su prédica cívica, Díaz y sus aliados entraron en un arrebato de arrepentimiento. Y se cometió un fraude monumental y tuvimos una Revolución y llevamos un siglo esperando elecciones confiables, Estado de derecho y una reducción de la impunidad, la corrupción y las desigualdades. ¿Cuánto más quieren que esperemos? Oportunidades han tenido. Estaría la Mesa de Estudios sobre la Reforma del Estado inaugurada por Vicente Fox en agosto del 2000, cuando el país hervía de entusiasmo. En unas cuantas semanas quedó listo el compendio de las esperanzas centenarias. ¡Cuánto civismo, entusiasmo y generosidad! Y cuán cruel fue el desencanto vivido cuando Vicente Fox y Santiago Creel, entre otros, pactaron con los poderes fácticos del viejo régimen, y cancelaron las reformas pidiéndonos, eso sí, más paciencia y más confianza. Todos hemos colaborado, por acción u omisión, a esa corrupción sistémica de la cual maman los partidos y los poderosos. Los resultados están a la vista y uno desearía que las grandes formaciones políticas, y algunos de sus líderes, reconocieran que México sigue siendo un invernadero de inequidades e impunidades en espera de ser extirpadas. Por ahora, su respuesta es la de una enhiesta defensa del orden establecido y de sus privilegios, y la indiferencia o la descalificación a quienes los criticamos o les pedimos que cambien. Bien por los foros organizados por el Instituto Federal Electoral para discutir el voto nulo. Ojalá que en ellos se aborden las preguntas relevantes de las cuales nace la inconformidad: ¿por qué está fallando la mayoría de las instituciones democráticas? ¿Por qué sigue teniendo tanta fuerza la cultura de la corrupción y el fraude? Y, sobre todo, ¿qué podemos hacer, gobierno y sociedad, para que la democracia funcione? Vistas así las cosas, me pregunto ¿quiénes empujan a la democracia al "suicidio"?: quienes protestamos por el estado de la democracia o quienes usan su poder para torpedear sus reglas más elementales. Alberto Serdán Rosales sistematizó la información aparecida en la prensa capitalina. José Antonio Crespo hizo algunas precisiones fundamentales.

martes, 9 de junio de 2009

IFE descarta anular elección si gana 'voto blanco'

El presidente de Instituto Federal Electoral (IFE) , Leonardo Valdés Zurita, descartó la posibilidad de que se anule la elección del 5 de julio en caso de que los "votos en blanco" sean mayoría.

En entrevista, dijo que la única consecuencia jurídica que tendría un eventual escenario de esa naturaleza, es que se obligaría a abrir los paquetes y contar voto por voto para evitar cualquier error.

"La reforma electoral señala que si la cantidad de votos nulos es superior a la diferencia entre el primero y el segundo lugar en el cómputo distrital es necesario abrir los paquetes.

" Y contar voto por voto, para verificar de que no se trata de un error, esa sería la única consecuencia jurídica que podría tener ", explicó.

Por ello, insistió que " aquel candidato que tenga mayoría, así sea por un voto, gana la elección ".

" Es imposible en nuestra legislación, nuestro sistema es de mayoría simple, de tal suerte que aquel candidato que tenga mayoría así sea por un solo voto gana la elección, es legítima y además es electo diputado ", explicó respecto a si la contienda podría anularse en caso de que los " votos en blanco " sean mayoría.

Recordó que esos " no tienen consecuencia jurídica y política ", por lo cual advirtió a los ciudadanos que anular su voto es marginarse de la conformación del Poder Legislativo y de la vida institucional.

" Renunciar a nuestra principal obligación ciudadana, anula la posibilidad de incidir en la marcha de nuestro país.

"No votar o anular el voto es quedar al margen de la conformación del Poder Legislativo y de la vida institucional que con tanto esfuerzo hemos construido miles de mexicanas y mexicanos" , mencionó.

Respecto a si el "voto nulo" representa una opción, insistió en el respeto que le merece quien opina de esa forma.

"Pero es importante que el ciudadano sepa, que si anula su voto no va a contar para al elección de diputados, para el financiamiento público de los partidos.

" No va a contar para que algún partido pierda o conserve su registro, incluso el tiempo en radio y televisión está vinculado a los votos válidos ", sostuvo.
Valdés Zurita resaltó que la decisión del voto es de cada quien y si en ese ejercicio deciden " votar en blanco ", el IFE contabilizará ese voto y los dará a conocer como se ha realizado cada tres años.

Confió en que se fortalezca el sistema de partidos y que los ciudadanos voten por alguno de los partidos.

" Si quieren que su voto sea efectivo deben votar por alguno de los partidos", puntualizó.