jueves, 25 de junio de 2009

El voto nulo crece por desinformación de partidos y candidatos a ciudadanos

El voto nulo, cuya intención entre la ciudadanía crece conforme se acercan las elecciones del 5 de julio, además de ser motivado por el rechazo al sistema político-partidista actual, se nutre de un componente adicional que es “la terrible desinformación” que existe por parte de partidos y candidatos sobre sus propuestas para construir un país mejor, afirma Óscar Espinosa Mijares.

El director del proyecto Cancha Ciudadana, colocado en el ciberespacio (www.canchaciudadana.org), deja en claro que en la contienda electoral que tendrá lugar en 10 días, “el enemigo a vencer, el mayor rival de todos, es el abstencionismo”, que sólo puede ser derrotado con la madurez de los partidos y candidatos, así como de la ciudadanía mediante una cultura política que parte de la información.

Creado por un grupo de nueve jóvenes mexicanos, Cancha Ciudadana es un foro apolítico de discusión y debate acerca del próximo proceso electoral, explica su director, quien se declara preocupado porque a pesar de las claras señales de hartazgo de la ciudadanía hacia las formas de hacer política en el país, los partidos y sus candidatos sustentan sus campañas en todos esos vicios añejos que el electorado ya no soporta.

Óscar Espinosa detalla:

“En esta Cancha todos los ciudadanos juegan. En Cancha Ciudadana los partidos políticos no son los dueños del balón, lo son los electores, que a la vez son los jugadores. Aquí los jugadores (la ciudadanía), tienen la oportunidad de desplazarse por la zona donde mejor se sientan, por el terreno que mejor pisen.

“Y como se trata de que éstos sean los auténticos ganadores en la disputa (electoral), en Cancha Ciudadana se les proporciona todo el conocimiento de las reglas del juego y de quienes ahí intervienen (partidos y candidatos), para que con su voto libre y soberano se conviertan además en los goleadores de la contienda”, explica de manera análoga a un encuentro de futbol.

Detalla que en ese website la ciudadanía encontrará la información más completa de cada uno de los mil 596 cargos electorales en disputa; de los contendientes; los distritos y municipios; las más recientes encuestas; cómo se ubican en este momento los aspirantes y, además, una radiografía completa sobre la situación económica, social y política del país.

Todo para que el ciudadano llene “la laguna informativa” que padece y con ello alcance una mayor conciencia y amplitud de criterio a la hora de emitir su voto.

Espinosa Mijares se dice consciente de que la votación del próximo 5 de julio se convierta en un hecho histórico, debido a la abstención y el voto nulo que se puede aplicar a partidos y candidatos contendientes, pero sostiene que, precisamente por ello, espacios como Cancha Ciudadana son importantes en este momento.

Aquí, explica, nuestra tarea no termina el 5 de julio; al contrario, lo que pretendemos con esta herramienta ciudadana es crear debate y diálogo permanente sobre los temas que importan a la ciudadanía, no solamente a los partidos.

Prácticamente en todas las ligas de Cancha hay espacios para la retroalimentación, para que el electorado exprese libremente su opinión y haga propuestas, que se interese y construya una auténtica agenda ciudadana que, de acuerdo con las condiciones políticas actuales, los partidos tendrán que retomar más temprano que tarde, advierte.

Samuel León Sáez y su hermano Santiago; Rodrigo Labarthe; Pía Silva; Beatriz Vázquez, Paulo Cantillo y David Figueroa, así como Halina Gutiérrez y Óscar Espinosa Mijares al frente, conforman el grupo de jóvenes que echaron a andar un blog de diálogo político en marzo pasado, pero debido a la calidad del espacio creció hasta convertirse en un ambicioso e interesante proyecto que hoy es toda una realidad.

martes, 23 de junio de 2009

Anulan su voto por desencanto


El sentir de los capitalinos respecto a los partidos y sus candidatos quedó de manifiesto en un sondeo realizado por EL UNIVERSAL, en pleno Zócalo de la ciudad de México.

Mediante una urna móvil, las opiniones se recogieron en papeletas con los emblemas de los partidos contendientes. En esos trozos de papel, varios ciudadanos optaron por no cruzar ningún logo de partido, sino más bien escribir de puño y letra su malestar con la clase política.

Y el resultado fue un empate entre el voto nulo y el voto por el PAN. La preferencia por el PRD se expresó muy de cerca, pisándole los talones.

Este ejercicio periodístico -sin fines estadísticos ni de encuesta- sirvió para conocer mucho más que la intención de voto de los ciudadanos, pues la inconformidad y la apatía electoral se mostraron con expresiones como las siguientes: "Por ninguno", "Ya basta de robar al pueblo", "Dejen de robar a México", "Todos los partidos son lo mismo, bola de rateros todos", "No tengo idea de quién podrá responderle a México".

Hubo quien de plano tachó todas las opciones, una por una, o la boleta de esquina a esquina: "No tengo preferencia por ningún partido" o "Gracias por participar". Incluso, alguien sugirió: "Que se unan y hagan cosas de calidad y confianza".

Estas opiniones guardó la "urna itinerante", que 10 minutos antes de las 11 de la mañana se instaló en el piso, muy cerca de la salida del metro Zócalo.

En los cinco primeros minutos sólo una pareja de unos 40 años de edad se acercó a ver de qué se trataba.

Con la boleta en mano, ella preguntó: "¿En cuál partido está López Obrador?". Su esposo le respondió con el dedo sobre la boleta. Y hubo alguien muy menor, pero más explícito que jalaba impaciente la falda de su madre y le decía "PRD, PRD".

Minutos más tarde, pero con la misma intención, una mujer de la tercera edad preguntó: "¿Quién es el candidato del PRD?, para saber si está con los Chuchos o con los otros, porque la gente de los Chuchos traicionó al PRD y al país". Y ya en su ánimo conversador, criticó la apatía de los jóvenes hacia la política: "Ya no son como antes, ya no les interesa la política. No son como en el 68".

Aunque empataron en cuanto al número de votos, no se escuchó ninguna voz que comentara algo sobre el PAN. Fue como un voto en silencio.

Votos pragmáticos

No habían pasado ni 10 minutos, cuando personal del gobierno del Distrito Federal y de la policía se acercaron a preguntar qué pasaba. Y aún con la respuesta satisfecha, cuatro uniformados se quedaron observando la dinámica discretamente; sólo uno de ellos se animó a participar.

Para otros electores, la decisión no dependió de convicciones, como la de un hombre de cabello blanco que sin pensarlo mucho marcó el logotipo de un partido y dijo: "Este está de moda".

A paso lento, un matrimonio se acercó a donde estaban las boletas. Él, con dos gotas como lágrimas tatuadas en la mejilla, preguntó de qué iba el ejercicio y sin pensarlo dos veces se animó a emitió su voto.

Pero los que hablaron de más, hasta repitieron frases de campaña de algún partido: "Que le den pena de muerte a los secuestradores; aunque sea con uno o dos que maten. Yo voto por éste", dijo un padre de familia.

Y no faltaron la curiosidad ni la apatía. La primera se detenían para escuchar las instrucciones del ejercicio. La segunda rehusaba a participar con el pretexto de "tengo prisa", "no, ahorita no", y "ahorita no puedo, con estos niños en la calle... hey, vámonos a desayunar a los azulejos...", dijo una mujer rubia, de piel blanca, vestimenta de marca y lentes oscuros a quienes la acompañaban. De todo había en el zócalo de la ciudad. (Con información de David Galicia y Juan Pablo Mayorga)

Anular es votar

Denisse Dresser
Reforma

Anular es votar. Es participar. Es ir a la urna y depositar una boleta para expresar el descontento con un sistema democrático mal armado, que funciona muy bien para los partidos pero muy mal para los ciudadanos. Hemos construido una democracia parcial en la cual existe la capacidad de votar pero no de sancionar. Es como si usted -lector o lectora- contratara a un empleado, le pagara el sueldo durante los próximos tres años, y no pudiera despedirlo o castigarlo si su desempeño es malo, o atenta contra el bienestar de la empresa. Eso es, en efecto, lo que hemos venido haciendo: votando por personas a las cuales nunca volvemos a ver, cuyo comportamiento en el Congreso desconocemos, cuyo incentivo para representarnos es nulo porque al final de su periodo saltarán a otro puesto. Porque no hay reelección pero sí hay trampolín; porque nos han otorgado la capacidad para llevar a alguien al poder, pero no contamos con instrumentos para asegurar que lo ejerza en nuestro nombre. La anulación no busca acabar con la democracia sino aumentar su calidad y su representatividad. La anulación no intenta dinamitar el sistema de partidos sino mejorar su funcionamiento.
Anular es votar. Es contribuir. Es ir a la urna y votar por "Esperanza Marchita" o por cualquier candidato independiente, usando el único instrumento con el cual contamos. El único mecanismo -imperfecto, difuso, chato- que nuestra democracia trunca ofrece hoy en día. Porque llevamos años pidiendo que los partidos democraticen el sistema, sin que lo hayan hecho. Porque llevamos años exigiendo que combatan la corrupción, sin que hayan mostrado la menor disposición a ello. Porque llevamos periodo legislativo tras periodo legislativo de bancadas que congelan iniciativas prometidas durante la campaña y archivadas cuando llegan al poder. Porque queremos ayudar desde afuera a los que están intentando reformar desde adentro; a aquellos que enfrentan cotidianamente la resistencia de partidos autistas que defienden intereses enquistados.
Y esa inercia no se puede combatir -ya lo hemos visto- con lo que algunos proponen como solución. No basta con formar otro partido, si acaba corrompiéndose para sobrevivir. No basta con cabildear a los legisladores, si su futuro no depende de escuchar a los ciudadanos sino de disciplinarse ante su líder parlamentario o algún poder fáctico. No basta con organizar otro foro -como los tantos que hubo en torno a la reforma del Estado- para fomentar la discusión si ese foro va a terminar siendo ignorado. El problema fundamental del sistema político es la ausencia de mecanismos que le den a la ciudadanía peso y voz. Los incentivos del sistema político están mal alineados: los legisladores no necesitan escuchar a la ciudadanía ni atender sus reclamos, porque la longevidad política no depende del buen desempeño en el puesto. Entonces, la anulación no busca destruir el andamiaje institucional sino centrar la atención en sus imperfecciones y en lo que falta por hacer y mejorar.
Anular es votar. Es tratar de componer lo que está descompuesto. Es usar esta oportunidad para cambiar un sistema que privilegia la rotación partidista por encima de la representación ciudadana. Es usar esta oportunidad para rediseñar las reglas y no sólo votar para darle un par de curules más al PRD o al PAN. La anulación no entraña dejar en manos de otros la decisión, sino crear la condiciones para que los ciudadanos verdaderamente cuenten. La anulación no entraña fortalecer el "voto duro", sino crear condiciones para que se vea reemplazado por el voto ciudadano. Para que el acarreo corporativo vaya perdiendo peso conforme aumente la participación de personas que creen en las instituciones en vez de desconfiar de ellas. Para que en lugar de cortejar a Elba Esther Gordillo o a Valdemar Gutiérrez, los partidos se vean obligados a cortejar a personas como usted.
Anular es votar. Es contribuir. Es diagnosticar problemas con la intención de proponer soluciones. Es apelar a los partidos para que comprendan la crisis de representación que han creado y busquen maneras de afrontarla. Y aunque el movimiento impulsado entre tantos mexicanos reúne diversos reclamos, parece haber consenso en torno a algunos ejes. La necesidad de darle a los ciudadanos una forma de castigar o premiar a sus representantes. El imperativo de las candidaturas ciudadanas independientes. La reducción del financiamiento público a los partidos. La posibilidad de incorporar figuras de participación directa como el plebiscito y el referéndum. La propuesta de atar el voto nulo a la cantidad de recursos que se destina a los partidos.
Todo ello con la intención de fortalecer a la democracia y asegurar su representatividad. Todo ello con la intención de empujar a los partidos a enarbolar reformas que tanto resisten. Porque como decía Barack Obama a lo largo de su campaña presidencial: "el poder nunca concede por su propia cuenta". Y la anulación del voto es una forma de obligar a que lo haga en nuestro nombre.

DIFERENCIA ENTRE ABSTENCIÓN Y ANULACIÓN DEL VOTO

Abstención es avalar; es decirles que estás conforme con quien resulte ganador, que no te importa quién gane.
Anulación es PRESIONAR PIDIENDO UN CAMBIO.

¿POR QUÉ?
20 % DE LOS VOTOS NULOS HACEN NULA LA CASILLA.
20 % DE LAS CASILLAS NULAS HACEN NULO EL DISTRITO.
20 % DE LOS DISTRITOS NULOS HACEN NULA LA ELECCIÓN.

Fórmula para obtener y/o conservar el registro ante el IFE y por lo tanto mucho dinero:
VOTOS RECIBOS POR ESE PARTIDO/VOTOS EN LAS URNAS (LOS VOTOS EN LAS URNAS SON TODOS LOS VOTOS EJERCIDOS + VOTOS NULOS).

El 2% es el mínimo necesario para obtener y/o conservar el registro ante el IFE. Por lo tanto, si aumentamos el universo de votos contenidos en la urna, el porcentaje a favor de ese partido disminuirá. Por lo que si no estamos de acuerdo con ninguna de las propuestas o candidatos, una opción que tenemos para deshacernos de esos vivales y que sus partidos pierdan el registro, es que en lugar de abstenernos, anulemos el voto. Si consideramos que se estima un 70% de abstencionismo, cambiemos la historia y en lugar de 70% de no ir a votar, seamos 70% de votos nulos.
El voto nulo no elige a nadie, pero cuenta y cuenta mucho porque baja el porcentaje de participación económica de cada partido ante el IFE.
Asi que en esta elección si tú no querías ir a la casilla a votar, por flojera o cualquier otra razón, piensa ¿qué será mejor? Decirles: “Estoy conforme con quien resulte el ganador y no me importa quién sea.” O que les digas: “¡No! Ninguno de los que me pones me gusta o ninguno me satisface, y te voy a bajar el sueldo o a quitar el registro.

Si tú aún no votas, coméntalo con los adultos cercanos a ti. Espero que cuando seas mayor de edad esto ya sea diferente para los de tu generación.
Si tú eres político, se que esto no te va a gustar porque va en contra de tus intereses y los de los partidos, pero vale la pena intentar un cambio en México y que los ciudadanos tengamos mas participación en la política y que ustedes dejen de ser los dueños y vivales del país.

Mayor información:
4000x25x10. Un millón de mexicanos por la dignidad ciudadana.
Ley Federal Electoral, Libro Sexto, Capítulo Único, Artículos 299, 300 y 301.

jueves, 18 de junio de 2009

Eso del voto blanco es una "jalada": Vicente Fox

"Eso del voto blanco es una jalada", señaló aquí el ex presidente Vicente Fox Quesada, quien realizó una gira por los municipios de Naucalpan, San Mateo Atenco y Toluca, acompañando a los candidatos del PAN a presidencias municipales, diputados locales y federales.

En Lomas Verdes, Vicente Fox acompañó a Edgar Olvera, candidato a la presidencia municipal de Naucalpan, a los hermanos Patricia y Porfirio Durán, Fernando Platas, Gustavo Parra Noriega y Mariela Pérez de Tejada, candidatos a diputados locales y federales.

Ante cerca de 500 vecinos, militantes y personal del ayuntamiento, Fox Quesada los conminó a promover el voto a favor del PAN, "o de lo contrario vendré el 6 de julio a jarlarles el dedo gordo del pìe".

Hay que decirle a "Enrique no se te hizo, jovencito, no todo son telenovelas", cuando el PAN vuelva a ganar en el corredor azul, afirmó Fox Quesada.

Al negarse a hablar de la relación del narco con candidatos y políticos del PAN, en entrevista Fox exaltó el trabajo del presidente Felipe Calderón, porque "está haciendo un trabajo que nadie se atreve", en Estados Unidos están los principales consumidores, pero donde se está enfrentando al narcotráfico es aquí y "vamos a triunfar en esta lucha".

Hoy "yo y la Marthita, trabajamos en construir la casa grande", en el Centro Fox, 24 horas del día buscando y promoviendo liderazgos, facilitando, apoyando para que cada persona descubra ese liderazgo.

"A veces hay un desencanto, a veces hay quien viene a promover votos blancos y esas tonterías", por eso - reiteró- hay que seguir trabajando en promover la democracia.

Edgar Olvera, candidato del PAN señaló que Naucalpan, sigue siendo la "Casa Azul" donde hace 27 años ganó por primera vez el PAN, en 1982, cuando Acción Nacional por primera vez ganó un distrito -el 18- con Armando Gordillo como candidato.

martes, 16 de junio de 2009

Legitimidad anulada

Alberto Aziz Nassif
Investigador del CIESAS

La novedad más debatida en esta elección es que se ha puesto en duda, de forma directa y activa, la legitimidad de los partidos y los candidatos con el movimiento de opinión pública que se ha pronunciado por el voto nulo. Este movimiento afectará la legitimidad de los resultados del proceso electoral.

A medida que se acerca la elección del 5 de julio se terminan de pulir las estrategias y se definen con más precisión los dilemas de este proceso. Uno de los dilemas más relevantes que se presentan en este momento es el que se plantea entre cálculo político y legitimidad. El primero tiene que ver con el trabajo de los partidos y los candidatos para ganar la mayor cantidad de votos, los cuales se van a traducir en curules, financiamiento público y espacios en radio y televisión. El segundo tiene que ver con las formas cómo se van a lograr estos objetivos, es decir, si la ganancia electoral va a tener reconocimiento y prestigio social para lograr una buena representación ciudadana o, por el contrario, si se va a aumentar el desprestigio y el rechazo ciudadano hacia la política partidista.

El debate que se ha generado con esta elección sobre anular el voto es interesante porque ha permitido analizar el estado de nuestra democracia. Hay un supuesto que comparte un amplio sector de la ciudadanía, y que algunas encuestas lo han medido: la insatisfacción ante los resultados deficientes que ha tenido la democracia durante esta fase inicial. Este proceso se manifiesta en el poco aprecio ciudadano hacia las instituciones y los actores políticos.

Desde hace tiempo existe una creciente falta de participación electoral; se trata de un abstencionismo que ha tenido tres características: abultado, difuso y pasivo. No acudir a votar se ha instalado como un fenómeno que no ha tenido prácticamente ninguna repercusión en la vida pública del país. Los partidos conviven de forma más o menos cómoda con los millones de ciudadanos que no asisten a las urnas. Este rechazo silencioso no molesta a los partidos, porque se puede interpretar como un problema de falta de cultura política de los ciudadanos o como una expresión que ya forma parte del paisaje cotidiano electoral. No obliga a los partidos a hacer nada fuera de sus clásicas rutinas y, al final de cuentas, simplemente se ignora a estos millones que no votan.

Si cada tres o seis años los partidos piden el voto de los ciudadanos y sólo obtienen la mitad o menos de los posibles sufragios, piensan que se trata de un problema ciudadano. Ni la clase política ni las autoridades electorales o instituciones como la Iglesia católica se han preocupado mucho por la abstención. Es probable que esta expresión de millones de ciudadanos no afecte el cálculo político o la legitimidad de los procesos.

En cambio, hoy resulta contrastante lo que ha generado el movimiento por el voto nulo: una condena generalizada de la clase política porque, a pesar de que pueda ser una expresión relativamente pequeña, habrá que esperar la elección para conocer su dimensión; es un abierto rechazo que pega de forma directa a la legitimidad política de partidos y candidatos.

Quizá uno de los mejores aprendizajes que ha dejado el movimiento por la anulación es que le ha dado al voto un nuevo sentido, lo ha convertido es una poderosa arma de rechazo. La anulación tiene una lógica: ponerle un alto a la ineficiencia, al cinismo, a la opacidad, a la falta de rendición de cuentas y a los abusos de una clase política, que con amplios recursos y posibilidades prefiere mirarse al ombligo de sus intereses.

También puede tener consecuencias prácticas; una de ellas es la que afecta al cálculo político, el cual —según escribió en estas páginas Mauricio Merino— afectará sobre todo a los partidos más pequeños y beneficiará a las grandes maquinarias electorales que tienen capacidad para mover a los electores.

Si se afecta a los pequeños partidos, quizá se trate de una acción positiva, porque varios de estos institutos son en realidad franquicias que se alquilan o se venden, y están muy lejos de convertirse en nuevas opciones partidistas frente a los tres grandes y viejos partidos. Tenemos que preguntarnos por qué los viejos partidos son los que siguen gobernando el país y no han surgido nuevas opciones viables para ser gobierno. En otros países se ha dado una restructuración completa del sistema de partidos a partir de la transición democrática.

Una parte del malestar tiene que ver con los viejos partidos, que sólo reciclan sus mañas y acrecientan sus beneficios. Los nuevos y pequeños partidos muchas veces han resultado peores que los grandes. No se piensa que una democracia pueda funcionar sin partidos, pero parece que ha llegado el momento de decirles a los partidos que su funcionamiento no ha estado a la altura de las expectativas ciudadanas y que algo tendrán que hacer para legitimarse ahora que las urnas estarán mayoritariamente vacías con el abstencionismo y, quizá, con una legitimidad cuestionada por los votos de rechazo, nulos o blancos que se depositen.

En lugar de rechazar la anulación del voto, una clase política inteligente debería entender el malestar ciudadano y dar respuestas efectivas, pero eso es mucho pedir.

lunes, 15 de junio de 2009

Anular el voto por México

Es curioso que en toda la propaganda de los partidos invitan a los electores a votar por ellos con el discurso de que hay que rescatar a México de la corrupción y de los funcionarios corruptos e ineptos. Por su parte, el Instituto Federal Electoral (IFE), la semana pasada invitó a todos los partidos a su sede para lanzar una campaña con el lema “Yo sí voto por México” para hacer un frente común para contraatacar el movimiento ciudadano que invita anular el voto, en caso de que ninguna opción política les convenza

Es claro que los partidos y la clase política cada vez son más ajenos a las demandas y necesidades de los ciudadanos, por lo que les cuesta trabajo comprender a fondo este movimiento, surgido de forma espontánea por ciudadanos comunes con un mensaje muy claro: están hartos de que sus llamados “representantes” no atienden sus necesidades más urgente y se dediquen hacer grilla política en lugar de dar resultados. Ahora resulta que nos afirman que ellos si dan resultados y que si saben cumplir, ¡qué curioso! ahora resulta que los ciudadanos son los que mienten.

Es evidente que el movimiento para anular el voto o el llamado voto en blanco ha adquirido, a medida que avanza las campañas políticas, una fuerza tal, que los retractores de dicho movimiento están tratando de confundir a la opinión pública al decir que el abstencionismo sólo le favorece al voto duro y que una minoría sería la encargada de conformar el congreso. Por su parte, la ex primera dama, Marta Sahagún de Fox, afirmó con un aire de intelectual y experta en la materia: “Que anular el voto sería un paso hacia la anti-democracia y que la ciudadanía debe aprender a expresarse a través de los partidos y sus proyectos”.

En primer lugar, el movimiento ciudadano no invita al abstencionismo, sino al contrario, exhorta a la electorado que acudan a las urnas el 5 de julio, y si no les convence ninguna opción presentada en la boleta, entonces anulen el voto. Es claro que el voto nulo no es tomado en cuenta en nuestro sistema electoral, pero al menos, como he dicho en la anterior columna de opinión, quedaría constancia de la inconformidad ciudadana, además ¿por qué el electorado a fuerza debe elegir una opción? Algunos sugieren que se elija al menos peor, pero sería una salida fácil, cayendo nuevamente en la mediocridad, algo que este país esta tan acostumbrado.

Estoy totalmente de acuerdo lo que señalan los partidos políticos y candidatos al decir, que hay que rescatar a México de la corrupción y de los funcionarios corruptos, pero no en la forma que nos sugieren, al contrario, no nos dejan otra opción que no votar por ninguno de ellos.

Gabriel Carrillo
Servicio Sudamericano de Noticias

Más panistas contra el voto nulo...

Creel: el voto nulo, una ruta "anticívica"

Santiago Creel Miranda pidió a los promotores del voto nulo hacer a un lado esa ruta “anticívica” que sólo quedará como “un llamado a misa y mera anécdota”, y los retó a formular, a la brevedad, un decálogo como el que se planteó en su momento en los acuerdos del Castillo de Chapultepec, que derivaron en la ciudadanización y autonomía del Instituto Federal Electoral con la reforma electoral de 1996, entre otros logros.

Refiriéndose a Tatiana Clouhtier, Gabriel Hinojosa (primo de Felipe Calderón) y al resto de los promotores del voto nulo, Creel dijo: “Si estas personas quieren ayudarnos de verdad, que recuerden cuando a Agustín Ortiz Pinchetti y a mí nos tildaron de lunáticos” por pretender cambiar las reglas electorales, “pero se generó un ambiente nacional y lo conseguimos”.

—¿Sería una segunda parte de los Acuerdos de Chapultepec?

— Así es. Yo pongo sobre la mesa una propuesta para lograr hacer una ley de partidos políticos para transparentarlos y hacerlos verdaderamente democráticos en su vida interna. También pongo sobre la mesa la reelección consecutiva de legisladores para erradicar la plutocracia. Ahora que ellos propongan y no se autoexcluyan.

En entrevista con MILENIO, el ex secretario de Gobernación dijo que si bien comparte la frustración de los promotores del voto nulo, es necesario unificar criterios y obligar a todos los candidatos, a los actuales senadores, a los gobernadores y al propio presidente Felipe Calderón para que cumplan a cabalidad con el decálogo que se acuerde.

El senador del PAN sostuvo que a mediados de la década de los noventa un grueso de la población mexicana compartía “una frustración muy similar a la de hoy. Ambas igual de legítimas, pero en ese entonces lo que hicimos fue proponer 10 puntos que pudiesen ser asumidos por los representantes populares y comprometerse en una agenda y denunciar los desvíos, la falta de cumplimiento de la palabra”.

Creel agregó: “(Con) el hecho de votar en blanco el resultado es que el voto se anula como si se anulase por votar equivocadamente cruzando sólo una esquinita de la boleta y realmente no se sabe muy bien a bien quién anula por anular y quién anula por error. Y anulado el voto yo pregunto: ¿qué cambio se produce?”.

—¿Pero hay un mensaje, un ya basta?

—Pues es un mensaje que puede ser una llamada a misa o una anécdota porque no tiene ninguna dirección. Es un mensaje negativo como quiera verse, es un mensaje del no, y el no es la negación de la política. Aquí el punto es decir: bien, estamos en desacuerdo con el sistema de partidos, pero propongamos cosas. Yo propongo la regla de la reelección continua para romper de tajo con todo lo que mucha gente llama partidocracia… de qué le serviría a un presidente de partido hacer una negociación, entre comillas, inconfesable, si el diputado o senador tuviera como conciencia de que, independientemente lo que diga el presidente de su partido, ellos tienen que regresar a sus comunidades para volver a ser reelectos, y esa negociación inconfesable moriría en el papel.

“Por eso es importante que quienes se sienten lejanos y con enorme frustración, en vez de anular su voto, hagan una propuesta que obligue a los políticos a suscribirla y abramos un debate de cómo cambiar el sistema político”, aseveró.

—¿Pero acuerdos van, acuerdos vienen y no cambia nada?

—Eso no es cierto. Recuerdo que cuando nos juntamos Ortiz Pinchetti y yo, nos veían como lunáticos por pretender reformar el sistema político reformando las reglas electorales, pero ese seminario, en el que primero fuimos dos, luego cuatro, luego seis, luego 24, luego tantos y luego los partidos, y se fue generando un ambiente nacional de exigencia de cambio, que llegó al presidente de la República y que el propio secretario de Gobernación recibió las conclusiones del seminario, que se tradujeron después en una reforma.

“Tres cosas se pidieron: un IFE autónomo y ciudadanizado, fuera el gobierno. Un tribunal que pudiera reprimir excesos de gobernadores en elecciones. Tercero: mejoramos condiciones de igualdad en las elecciones. Esos elementos fueron incorporados en la reforma electoral de 1996. Se trató de un movimiento ciudadano engendrado en el seminario del Castillo de Chapultepec; no fue un voto en blanco, no fue autoexclusión, no fue actitud anticívica, sino actitud cívica de participación políticamente comprometida de propuesta y una actitud de un activismo para generar un estado de conciencia y un contexto de exigencia para operar ese cambio”.

—¿Qué debería contener ese nuevo decálogo, lo que sigue en el tintero?

—Así es. Un decálogo en el que los promotores del voto nulo expongan lo que ven mal de nosotros los políticos y del sistema político para cambiarlo, y obligarnos a los legisladores, a candidatos y a todos los gobernantes a suscribirlo.

Rodolfo Montes
Milenio


Atenta voto nulo contra democracia: Beatriz Zavala


La senadora panista Beatriz Zavala Peniche afirmó que convocar al voto nulo en las próximas elecciones federales es contrario a los principios democráticos.
En entrevista, sostuvo que "lo único que provocaría sería un retroceso democrático" pues el sufragio es un derecho que debe ejercerse, ya que así se contribuye a fortalecer la democracia.

"No hay razón para anular el voto, pues ya no existe un partido único que imponga su voluntad, el gobierno ya no controla a la autoridad electoral y los partidos políticos no dependen del dinero para hacer sus campañas", precisó.

La legisladora del Partido Acción Nacional (PAN) por Yucatán dijo que si bien no descalifica a quienes proponen esa opción, "la democracia se construye entre todos, con el voto de cada uno".

"Tenemos un sistema político pluripartidista y con el sufragio expresamos nuestras preferencias políticas y el tipo de país que queremos para nosotros y nuestros hijos", insistió.

Zavala Peniche indicó que "hoy el voto se respeta, por lo cual todos debemos participar. El abstencionismo activo se justificaba cuando no se respetaba el voto ni había autoridad electoral independiente".

"Promocionar la anulación del voto es contrario a los intereses de los ciudadanos, porque ganan las estructuras y allana el camino de regreso al gobierno autoritario", advirtió la ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social.

Voto y UNAM

Jacobo Zabludovsky
El Universal

Hace tres años voté para presidente de la República por un ciudadano sin partido político.

Después de hacer público mi voto recibí ataques por la inutilidad de emitirlo a sabiendas de que no sería contabilizado. El Código Federal de Procedimientos Electorales priva a las ciudadanos del derecho de votar por quien quieren, piedra fundacional de toda democracia, al dar a los partidos el monopolio absoluto del registro de candidatos, en el inciso 1 del artículo 218: “Corresponde exclusivamente a las partidos políticos nacionales el derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular”.


Mi voto de entonces tuvo dos motivaciones. Primero, la satisfacción personal de votar por quien yo creía firmemente que tenía atribuciones suficientes para gobernarnos. Después, la parte de protesta que tal voto llevaba contra una ley defectuosa. Los hechos me dan la razón: la institución que ese ciudadano dirigió durante ocho años fue galardonada esta semana con el Premio Príncipe de Asturias. El premio no fue para él, por supuesto, sino para miles de alumnos y maestros, generaciones de mexicanos que han hecho de la UNAM un orgullo de México. Pero es un ejemplo de la restricción a que nos somete la fórmula que rige las elecciones.


En otros países las leyes que norman el proceso electoral permiten que los ciudadanos manifiesten su voluntad por conductos que no necesariamente sean partidos políticos. Ambos sistemas coexisten, parten del respeto al derecho ciudadano de escoger candidato, registrarlo
para que aparezca en las boletas y poder votar por él. Es sana la existencia de partidos políticos. Lo que mi voto nulo pretende es abrir la discusión pública para examinar sin violencia cómo adecuar la ley a la exigencia de un número todavía indeterminado de ciudadanos que aspiran
a registrar, sin mediación de partidos, sus candidatos a puestos de elección popular. Debemos analizar las posibilidades jurídicas y permitir a los ciudadanos sin partido, que somos los más en este país, aportar la fuerza de nuestro voto a la elección de mejores mandatarios.


En México quienes hicieron la ley privaron a los mexicanos del derecho de escoger y entregaron todo el poder a los partidos.

José Woldenberg, aplaudido por su labor al frente de un Instituto Federal Electoral que ha perdido respeto desde su ausencia, publicó el jueves en Reforma un artículo en que pregunta: “¿Qué tienen en común Dulce María Sauri, José Antonio Crespo, Diego Valadés, Jacobo Zabludovsky, así como algunos otros intelectuales?... Los emparenta un malestar... están cansados
de lo que ven en el escenario político… En México, el voto anulado será en el mejor de los casos un termómetro del humor público, pero al final los votantes por los diferentes partidos y candidatos decidirán quiénes gobiernan y quiénes legislan”. Coincido con el comentario de Woldenberg, aunque no me convence de la necesidad de que sea exclusivo de los partidos el derecho de registrar candidatos.


Junto a defensores de buena y mala fe de la ley electoral se colocan instituciones y personas del más diverso pelaje que también se rasgan las vestiduras por las ofensas a su solución jurídica. Qué curioso. Las grandes, tradicionales y ricas agrupaciones que coinciden en defender la ley y calificar de estúpido y traidor a quien vote nulo, tienen un denominador común: están satisfechas. Personajes notorios sonríen seguros, con el optimismo propio de quien se siente dueño. Lucharán a morir por que nada cambie. Los partidos políticos les sirven la comida y debajo de la mesa algunos trovadores reciben los pellejos.


Por eso el 5 de julio votaré nulo, aunque los invitados a la fiesta opinen que mi voto no vale. Mienten. Los votos nulos son contados. Tienen que ser admitidos por los funcionarios electorales si su número es mayor a la diferencia de votos entre los candidatos que van en primero y segundo lugares. En ese caso (artículo 279) se ordenará un nuevo escrutinio durante el cómputo oficial en las juntas distritales. O sea, que el voto nulo, no lo es tanto.

Creo que mi voto del 2006 fue precursor de este movimiento espontáneo que por la vía de la nulidad se convierte en un escape al descontento. No nos dejemos confundir: abstenerse es una grave torpeza. Debemos ir a votar. Votar nulo. Opinar contra una manera de elegir a nuestros gobernantes que ha dado resultados lamentables. Por la vía legal y pacífica de nuestro voto, voto nulo, pedimos que se modifique la ley.

Eso es todo. Nada más. De la UNAM y el Príncipe de Asturias hablaremos con calma. Para regocijarnos.

Martí propone pacto “mi voto por tu compromiso”

El presidente de la Fundación México SOS, Alejandro Martí llamó a la ciudadanía a emitir su voto a cambio de que los candidatos se comprometan por escrito y ante notario público a cumplir sus propuestas de campaña.

En conferencia de prensa, el empresario propuso a los ciudadanos el Pacto Nacional Ciudadano "Mi voto por tu compromiso", que será apoyado por las organizaciones México Unido contra la Delincuencia y el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia.

Con esa iniciativa se pretende reorientar de manera positiva el desencanto ciudadano en vísperas de la jornada electoral del 5 de julio.

Martí consideró que ante los altos niveles de inseguridad en el país, los ciudadanos deben votar a cambio de que los candidatos se comprometan a trabajar en los cambios que requiere el país, y dejen a un lado la idea del denominado "voto en blanco".

Aseguró que es indispensable contar con mecanismos de rendición de cuentas, así como reforzar las garantías de expresión de los mexicanos para exigir el cumplimiento de las obligaciones de los funcionarios.

El empresario sugirió que, en una primera etapa, el Observatorio Ciudadano local se encargue de monitorear los compromisos adquiridos por los políticos que se sumen a esta propuesta.

Empero si los nuevos gobernadores, alcaldes y los diputados locales y federales incumplen lo pactado que renuncien o pidan licencia y dejen a otros la oportunidad de actuar en beneficio de la sociedad, recalcó.

Entre los compromisos que deberán cumplir los candidatos a gubernador, alcalde y a jefe delegacional sobresalen las acciones para reducir los índices de impunidad relacionados con el secuestro, la extorsión, el robo y el homicidio.

En tanto, los candidatos a diputados locales y federales deberán comprometerse a emprender acciones que permitan a los ciudadanos expresarse libremente durante los procesos electorales.

Así como a ampliar el Servicio Profesional de Carrera y a posibilitar la operación efectiva de figuras como el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular.

Notimex

El IFE afirma que ni cosquillas hará voto nulo a los partidos

El presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Lenardo Valdés Zurita, consideró que el llamado “voto blanco” carecerá de efectos en el cómputo de las elecciones del próximo 5 de julio, pues sólo se contarán los sufragios válidos.

El funcionario señaló que esta expresión política en nada modificará el financiamiento público de los partidos, y tampoco pondrá en riesgo a los partidos chicos, que deben obtener un porcentaje mínimo de sufragios.

Afirmó su respeto por las manifestaciones a favor del voto blanco, toda vez que el IFE “no es censor” de las expresiones de la sociedad mexicana, ya que su papel es de organizador y árbitro del proceso electoral.

Leonardo Valdés Zurita, en una visita al Palacio Legislativo, entrevistado por los reporteros dijo que la organización de la jornada electoral está casi concluida, pues “con mucho profesionalismo vamos muy avanzados”.

Indicó que ya concluyó la fase logística del proceso electoral, además de que 90% de los funcionarios de casilla ya están notificados y capacitados; “el caso es que en esta fecha no tenemos ninguna complicación”.

Tocante a los llamados a la emisión de voto en blanco, el presidente del IFE hizo hincapié en que “nosotros somos respetuosos de los mensajes que se difunden “, pues lo que le corresponde a los organizadores es contar los sufragios, al final de la jornada.
“Contaremos los votos registrando puntualmente el sentido del sufragio de cada ciudadano”.

Luego dijo: “Queremos advertir que anular la boleta electoral no tiene implicaciones; no cuentan para el registro de los partidos ni para el financiamiento público de los partidos”.

Valdés Zurita asistió a la presentación del Diccionario de la Constitución Mexicana en la Cámara de Diputados, a la cual también asistió el ministro David Góngora Pimentel.

jueves, 11 de junio de 2009

¿ABSTENCION O VOTAR?

A mí no me preocupa sí hay o no una gran abstención, me preocupa leer analíticamente esa situación y requeriría de tiempo para elaborar una reflexión seria. Como comentario de mi percepción, es que ha hecho crisis el modelo de economía abierta y democracia pluripartidista, se podría acotar la fecha de este modelo: 1986-2012, por supuesto que es discutible.

Si la economía no puede crecer y hay un gran desempleo y las válvulas de escape de la migración y la economía informal se cierran y la educación y la salud se deterioran y la aplicación de las reformas inconclusas del modelo nos alejan más del desarrollo y nos acercan a continuar en un crecimiento subdesarrollado, que por demás no es posible por la depresión mundial.

Si además el corporativismo de estado no se ha desmontado porque no hubo una estrategia adecuada, si en todo caso se ha hecho a medias, si hay una cultura política autoritaria y oportunista, si la población está despolitizada y la opinión pública es resultado de la manipulación mediática, si la corrupción es sistema y permea todo sin distinguir ideologías ni credos ni opciones políticas.

Si el narcotráfico y la inseguridad se han adueñado del tejido social, si el gobierno da palos de ciego y la oposición se acomoda porque la situación está canija....si las campañas están acotadas y acogotadas por golpes mediáticos, si las maniobras son cada vez más burdas, si la propaganda convence a pocos y decepciona a muchos...si finalmente va a haber una gran abstención como punta del Iceberg de lo antes dicho...

y si hay otras cosas más que se me escapan de momento...que sentido tiene votar, si las elecciones no tienen posibilidad de arreglar la situación ni económica, ni social ni políticamente....lo que menos importa en esta ocasión es preocuparse por votar de todos modos las cosas seguirán como están o se pondrán peor....económicamente la depresión es de largo aliento y políticamente la democracia no pasa de ser una recomposición descompuesta que no es posible así como están las cosas de recomponer...si el turismo tampoco nos puede salvar porque se requieren otras cosas que lo acompañen para salvarnos...

No tiene importancia de esgrimir razones para votar o no votar, sino de ponernos a pensar como sociedad por qué nos esta pasando esto y tener altura histórica y generosidad política para rehacer el rumbo y encontrar un destino donde todos quepamos para bien en este buque llamado todavía hoy México...buque ya encallado por la depresión mundial, las limitaciones y errores del modelo económico y la corrupción y el oportunismo políticos.

Aún así soy optimista....y mi optimismo no depende de si se vota o no se vota, sino de la capacidad de la sociedad mexicana para rehacer al país que se ha estado desmoronando en su tejido social, en su sentido de nación y en su coherencia institucional.

Saludos y que la depresión les sea leve...

MTRO. EDMAR SALINAS CALLEJAS
PROFESOR INVESTIGADOR UAM-AZC.

miércoles, 10 de junio de 2009

Los 'suicidas'

Sergio Aguayo Quezada
saguayo@colmex.mx
Reforma

Con el arrojo de los mosqueteros, las fuerzas vivas se lanzaron, todas a una, contra el movimiento proanulación del voto. Van algunas reflexiones sobre un consenso tan portentoso. Por falta de espacio, no comento las pertinentes reflexiones, a favor y en contra, de diversos colegas. Me concentro en los protagonistas de la política que coincidieron en zarandear a quienes apoyamos la anulación del voto: el PAN, el PRD, Convergencia, el PT, los verdes, los socialdemócratas, los obispos y cardenales, Andrés Manuel López Obrador y hasta Marta Sahagún nos han calificado de "antidemocráticos", "simplistas", "dinamiteros", "irresponsables", "demagogos", "perversos", "instrumentos de la derecha" y, en suma, de empujar a nuestra democracia hacia un "suicidio político". Hubo, por supuesto, voces mesuradas como la de la priista Beatriz Pagés, quien reconoció que "la ciudadanía es rehén y víctima de la partidocracia". Me sorprendió, confieso, lo primario de una réplica que ignoró gradaciones y negó toda legitimidad a una protesta tan espontánea y disímbola en sus orígenes y propósitos. Sin negar la posibilidad de que exista una franja con fines aviesos, hasta donde mi comprensión alcanza, sostengo que se trata de una movilización pacífica nacida de agravios reales, y apegada a la legalidad y a la legitimidad democrática. Tomo, a manera de ejemplo, la propuesta que estoy respaldando. Por no gustarme las candidaturas, escribiré en la boleta el nombre de Esperanza (una candidata ficticia). El artículo 252 de la ley electoral permite poner a un candidato no registrado (y existen varias posibilidades) y eso posibilitará contabilizar los votos de protesta. La mayoría de quienes protestaremos de ésta u otra manera no queremos incinerar en plaza pública a los partidos y a la clase política; es una forma de exigirles eficiencia, austeridad y honestidad, una mejor oferta de candidatos y mayor preocupación por el interés general en sus propuestas y en la forma en que ejercen sus cargos. Son, de hecho, las peticiones más elementales que les asigna la teoría política, las leyes y el sentido común.
Por ello resulta tan lamentable su reacción inicial. O nos descalifican, o nos piden paciencia y otro cheque al portador. Santiago Creel propone a las "organizaciones o líderes de opinión que están promoviendo la idea del voto en blanco, que expresen en qué no están de acuerdo con el sistema político, que planteen una agenda de compromisos y que todos los partidos y candidatos la suscriban y la lleven a cabo en los próximos años". Se oye bien, pero es un guión repetido hasta la saciedad. En 1908, Porfirio Díaz declaró a James Creelman que el pueblo de México ya estaba listo para la democracia y que él respetaría el veredicto. Cuando Francisco I. Madero le tomó la palabra e incendió México con su prédica cívica, Díaz y sus aliados entraron en un arrebato de arrepentimiento. Y se cometió un fraude monumental y tuvimos una Revolución y llevamos un siglo esperando elecciones confiables, Estado de derecho y una reducción de la impunidad, la corrupción y las desigualdades. ¿Cuánto más quieren que esperemos? Oportunidades han tenido. Estaría la Mesa de Estudios sobre la Reforma del Estado inaugurada por Vicente Fox en agosto del 2000, cuando el país hervía de entusiasmo. En unas cuantas semanas quedó listo el compendio de las esperanzas centenarias. ¡Cuánto civismo, entusiasmo y generosidad! Y cuán cruel fue el desencanto vivido cuando Vicente Fox y Santiago Creel, entre otros, pactaron con los poderes fácticos del viejo régimen, y cancelaron las reformas pidiéndonos, eso sí, más paciencia y más confianza. Todos hemos colaborado, por acción u omisión, a esa corrupción sistémica de la cual maman los partidos y los poderosos. Los resultados están a la vista y uno desearía que las grandes formaciones políticas, y algunos de sus líderes, reconocieran que México sigue siendo un invernadero de inequidades e impunidades en espera de ser extirpadas. Por ahora, su respuesta es la de una enhiesta defensa del orden establecido y de sus privilegios, y la indiferencia o la descalificación a quienes los criticamos o les pedimos que cambien. Bien por los foros organizados por el Instituto Federal Electoral para discutir el voto nulo. Ojalá que en ellos se aborden las preguntas relevantes de las cuales nace la inconformidad: ¿por qué está fallando la mayoría de las instituciones democráticas? ¿Por qué sigue teniendo tanta fuerza la cultura de la corrupción y el fraude? Y, sobre todo, ¿qué podemos hacer, gobierno y sociedad, para que la democracia funcione? Vistas así las cosas, me pregunto ¿quiénes empujan a la democracia al "suicidio"?: quienes protestamos por el estado de la democracia o quienes usan su poder para torpedear sus reglas más elementales. Alberto Serdán Rosales sistematizó la información aparecida en la prensa capitalina. José Antonio Crespo hizo algunas precisiones fundamentales.

martes, 9 de junio de 2009

IFE descarta anular elección si gana 'voto blanco'

El presidente de Instituto Federal Electoral (IFE) , Leonardo Valdés Zurita, descartó la posibilidad de que se anule la elección del 5 de julio en caso de que los "votos en blanco" sean mayoría.

En entrevista, dijo que la única consecuencia jurídica que tendría un eventual escenario de esa naturaleza, es que se obligaría a abrir los paquetes y contar voto por voto para evitar cualquier error.

"La reforma electoral señala que si la cantidad de votos nulos es superior a la diferencia entre el primero y el segundo lugar en el cómputo distrital es necesario abrir los paquetes.

" Y contar voto por voto, para verificar de que no se trata de un error, esa sería la única consecuencia jurídica que podría tener ", explicó.

Por ello, insistió que " aquel candidato que tenga mayoría, así sea por un voto, gana la elección ".

" Es imposible en nuestra legislación, nuestro sistema es de mayoría simple, de tal suerte que aquel candidato que tenga mayoría así sea por un solo voto gana la elección, es legítima y además es electo diputado ", explicó respecto a si la contienda podría anularse en caso de que los " votos en blanco " sean mayoría.

Recordó que esos " no tienen consecuencia jurídica y política ", por lo cual advirtió a los ciudadanos que anular su voto es marginarse de la conformación del Poder Legislativo y de la vida institucional.

" Renunciar a nuestra principal obligación ciudadana, anula la posibilidad de incidir en la marcha de nuestro país.

"No votar o anular el voto es quedar al margen de la conformación del Poder Legislativo y de la vida institucional que con tanto esfuerzo hemos construido miles de mexicanas y mexicanos" , mencionó.

Respecto a si el "voto nulo" representa una opción, insistió en el respeto que le merece quien opina de esa forma.

"Pero es importante que el ciudadano sepa, que si anula su voto no va a contar para al elección de diputados, para el financiamiento público de los partidos.

" No va a contar para que algún partido pierda o conserve su registro, incluso el tiempo en radio y televisión está vinculado a los votos válidos ", sostuvo.
Valdés Zurita resaltó que la decisión del voto es de cada quien y si en ese ejercicio deciden " votar en blanco ", el IFE contabilizará ese voto y los dará a conocer como se ha realizado cada tres años.

Confió en que se fortalezca el sistema de partidos y que los ciudadanos voten por alguno de los partidos.

" Si quieren que su voto sea efectivo deben votar por alguno de los partidos", puntualizó.

El fantasma del voto nulo

El fantasma del voto nulo asusta a la clase política mexicana. Sin distingo de siglas o ideologías, los dirigentes de todos los partidos políticos, sus intelectuales orgánicos, la Iglesia católica y las instituciones electorales temen que este 5 de julio los ciudadanos no voten por alguna de las siglas estampadas en las boletas electorales.

Al igual que acontece cuando después de un accidente automovilístico de relativa gravedad el chofer tarda un tiempo en calibrar la magnitud de los daños, los políticos profesionales no terminan de evaluar el tamaño del golpe que presienten. Apanicados, se echan la culpa unos a otros del crecimiento de la ola abstencionista. Andrés Manuel Lopez Obrador y Jesús Ortega responsabilizan a la derecha. Los panistas señalan con el dedo índice al Partido Revolucionario Institucional (PRI) porque es el que tiene mayor voto duro. El tricolor pide que se investigue si la campaña proviene de grupos conservadores o del gobierno federal. La jerarquía católica advierte fracaso democrático y triunfo del totalitarismo. El Instituto Federal Electoral (IFE) señala que es responsabilidad de los partidos que los votantes acudan a las urnas.

Las causas de esta oleada son, sin embargo, más sencillas. La clase política mexicana agotó ya sus últimas reservas de credibilidad. El sistema de partidos se colapsó. El país no cabe en el régimen político. Doblegadas ante los grandes consorcios mediáticos, las instituciones de organización y vigilancia electoral están sumidas en el descrédito.

Existe una creciente y profunda desconfianza de amplios sectores de la ciudadanía con los mecanismos de representación y mediación política institucional. Esta mezcla de malestar, incredulidad e indignación no se concentra en un partido, un funcionario o un representante en especial, sino que involucra a la mayoría. Muy pocos se escapan. La corrupción mancha a casi todos. Los partidos padecen inacabables conflictos internos. Las peleas entre las personalidades políticas de mayor renombre son interminables.

En estas circunstancias ningún acontecimiento, por grave que sea, permanece mucho tiempo en la agenda pública. Un escándalo tapa a otro. Su vida es fugaz.

Además del agotamiento del régimen y el hastío y la desconfianza ciudadana, la eclosión de quienes promueven la anulación del voto y de quienes piensan abstenerse no es ajena a seis hechos que han modificado la fisonomía del país y que los políticos no parecen haber comprendido cabalmente.

El primero es la emergencia de las redes informáticas, que han generado, sobre todo entre los jóvenes urbanos, nuevas sensibilidades y distintas formas de relación. La campaña crece en Internet y desde allí ha saltado a los medios escritos y electrónicos.

El segundo es la changarrización de la base productiva y la precarización laboral que han disuelto identidades y lealtades tradicionales asociadas con el mundo del trabajo y con la compra y coacción del voto. Aunque se conservan clientelas electorales de base territorial susceptibles de ser movilizadas sobre la base de programas asistenciales, éstas distan de ser mayoría entre los votantes.

El tercero es el creciente número de conflictos sociales en todo el país que se desarrollan al margen de los partidos políticos o de los intermediarios sociales tradicionales. Centenares de protestas de indígenas, campesinos, trabajadores, pobres urbanos, mujeres, defensores de derechos humanos, ecologistas han surgido en todo el país. Muchas se han radicalizado. Con frecuencia han desbordado los canales institucionales para atenderlas. Algunas, inclusive, han decidido darse sus propias formas de gobierno. El pobrerío anda alborotado y las elites están temerosas con ese alboroto. Quienes participan en estas movilizaciones no ven que la solución de sus problemas dependa necesariamente de votar por un candidato en particular. Con la izquierda partidaria dividida y una parte muy importante de su liderazgo desprestigiado, en estos comicios la polarización social se expresa marginalmente en la vía electoral.

El cuarto es la constitución de una corriente de opinión en favor de la anulación del sufragio entre sectores de las clases medias, académicos e intelectuales, que en el pasado fueron promotores de las distintas variantes del voto útil, y que ahora no están dispuestos a dejarse arrastrar por el dilema de sufragar por tal o cual partido en específico o ser avasallados por el peligro mayor.

El quinto es la agresiva campaña contra partidos, clase política y Congreso de la Unión que los grandes medios de comunicación electrónicos efectuaron como parte del pulso alrededor de la reforma electoral de septiembre de 2007 y la sustitución de los funcionarios del IFE. Los concesionarios de radio y televisión exhibieron públicamente algunas de las miserias de legisladores y dirigentes partidarios.

El sexto es el éxodo que ha arrancado a millones de personas de sus lugares de nacimiento y trabajo, y ha hecho de la migración (tanto interna como hacia Estados Unidos) y la deslocalización territorial un fenómeno central del México contemporáneo.

Hace más de seis años el EZLN anunció el colapso de la clase política que la actual campaña en favor del voto nulo y/ o la abstención evidencia. Para escándalo de algunos, los alzados no diferenciaron en su análisis partidos ni personalidades. Su diagnóstico ha demostrado ser certero.

En 2001, al legislar simulando reconocer los derechos de los pueblos indígenas, la clase política cavó un foso insuperable con amplios sectores de la sociedad mexicana. Cualquier regeneración de la política en este país provendrá no de los sótanos de San Lázaro ni del Palacio de Covián o de Los Pinos, sino de abajo y a la izquierda.

Luis Hernández Navarro
La Jornada


domingo, 7 de junio de 2009

Usted no tiene la razón

Los políticos tienen la razón. Los defensores a ultranza del sistema de partidos tienen toda la razón. Los ciudadanos estamos equivocados.

Los partidos pueden recurrir a la mentira para generarse votos. Pueden envilecer la política con guerras de lodo. Se han ganado con su eficiencia cada centavo que se gastan (en un país con 40 millones de pobres y en plena crisis) en balbucear su arrogancia y precariedad en la tele, la radio, las calles o los impresos.

El PAN, el PRI y el PRD tienen la razón. Los partidos enanos tienen la razón. El Partido Verde es verde, por supuesto. Acción Nacional es responsable, el Revolucionario Institucional es una garantía porque sabe gobernar, y con el de la Revolución Democrática sí gana la gente. Nadie lo dude. Los mentirosos, irresponsables, inútiles, incumplidos y corruptos somos los ciudadanos, y nadie más.

Los partidos y los gobiernos que de ellos emanan no son responsables por el desánimo nacional: somos los ciudadanos. Los que ofrecimos en 2006 empleo, seguridad para nuestras familias, el fin del secuestro y del narcomenudeo, un gobierno para todos y soluciones para la pobreza, fuimos los ciudadanos. El hartazgo por las promesas incumplidas es culpa de los ciudadanos. La mera verdad, los ciudadanos no pensamos ni tenemos criterio para juzgar a los partidos; tampoco estamos para anular votos y mucho menos para la abstención: estamos para cruzar las boletas y ya. (Si no, cof-cof, ¿cómo se justifican los miles de millones de pesos que se gastan los políticos en las elecciones?)

La crisis económica que nos azota, peor que a cualquier otro país de Latinoamérica, es culpa de los ciudadanos. Los miles de muertos que genera la estrategia fallida contra el narcotráfico, es culpa de los ciudadanos. Los ciudadanos encumbramos a Elba Esther Gordillo y la mantenemos en el poder no sólo en el sindicato de maestros, sino en varias instancias de los poderes federales; nosotros le dimos un partido político también. Por nuestra culpa, un líder sindical corrupto como Valdemar Gutiérrez será diputado federal. Los ciudadanos votamos leyes que legalizan cateos domiciliarios expeditos, intervención de comunicaciones, acusaciones anónimas, desaparición de autoridades y supresión de garantías individuales. Nosotros llenamos las calles de soldados.

Los ciudadanos somos responsables por las dudas que existen sobre la imparcialidad de muchos de los consejeros electorales. Tenemos la culpa de que las decisiones del Trife estén bajo sospecha, y del manejo dudoso del padrón electoral. Nosotros inventamos a Hildebrando, a la Lotería Nacional, al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, a Fidel Herrera, a René Bejarano, a Dolores Padierna. Nosotros corrompimos Morelos, Michoacán y Sinaloa. Nosotros inyectamos dinero del narcotráfico a las campañas, y dudas sobre la legitimidad de la elección inmediata anterior, la de 2006. Nosotros utilizamos la guerra contra al narco para atraernos votos y mantenemos con vida las máquinas de acarreados, como el SNTE, el sindicato del Seguro Social o el de Electricistas. Nosotros usamos los recursos de los mexicanos para alimentar las cuentas de líderes sindicales de asco y nos chupamos Pemex. Nosotros entregamos la presidencia del país a Martha Sahagún, y nos opusimos a que se enjuiciara a su esposo, Vicente Fox.

Va otra vez: Los políticos tienen la razón. Los defensores a ultranza del sistema partidista tienen toda la razón. Los ciudadanos estamos equivocados. Así que, ¡todos a votar!, que se requieren sus sufragios para que los partidos mantengan secuestrado a este hermoso país.

(Aviso: Este artículo puede ser leído de atrás para adelante y no evocará a Satanás. Puede imprimirse y sacudirse, y no se le caerán los mensajes ocultos. No es parte de la estrategia del crimen organizado ni pretende descarrilar nada, ni a nadie.)

Alejandro Páez Varela
Periodista

sábado, 6 de junio de 2009

Fracasa plan de partidos contra el voto en blanco

Por “falta de consenso” se frustró el plan de emitir un videomensaje, en el que aparecerían los líderes nacionales de los ocho partidos políticos para incentivar a la población a participar en las elecciones del próximo 5 de julio, y contrarrestar así la campaña del voto en blanco.

El audiovisual se difundiría el lunes en el contexto del acto La promoción del voto, pero por la noche el consejero presidente del IFE, Leonardo Valadés, informó que no hubo acuerdo entre los partidos al respecto.

Valadés afirmó también que el organismo que encabeza no puede evitar el llamado de diversas organizaciones civiles e intelectuales al voto en blanco, pues es respetuoso de la libertad de expresión de todos los mexicanos.

“El IFE es respetuosísimo de la libertad de expresión de los ciudadanos mexicanos. Si éstos quieren hacer esos llamados, tienen derecho a hacerlo. Ahora, el IFE tiene una opinión y posición: el proceso electoral y la votación misma están construidos sobre la base de un sistema de partidos”, expuso.

El consejero presidente expresó que el voto distinto a las opciones de partidos será considerado nulo.

“El voto nulo no tiene ninguna consecuencia jurídica, no implica que los partidos tengan más o menos diputados, no implica que los partidos ganen o pierdan su registro”, puntualizó.

En entrevista, dijo que en dos semanas se realizará una jornada para analizar las propuestas del voto en blanco, así como del sufragio de los mexicanos y la participación en la democracia.

“Nuestra idea es invitar a personalidades tanto del mundo cultural como del mundo político que se han manifestado a favor y en contra de esta propuesta. Esperamos que sea una jornada, quizá, con tres mesas redondas”, explicó.

MILENIO
México.
Susana Hernández

¿De qué se asustan?

¿Por qué se ha desatado una oleada de temor tan grande al voto nulo en México?

Nos dibujan a los promoventes de esta idea como demonios que atentan contra la democracia y que buscan derrumbar las estructuras políticas vigentes en el país.

Sin embargo, no hay más que ver la situación política actual para entender por qué ha surgido, con inusitada fuerza, esta propuesta.

No hay mucho que decir de los partidos contendientes para la elección del 5 de julio para entender, independientemente de cual sea el origen, turbio o claro, el por qué de la propuesta.

La izquierda en México está prácticamente hecha polvo, el PRD se debate en una pelea perruna con Andrés Manuel López Obrador por el control de las candidaturas, mientras PT y Convergencia, partidos remoras de una dudosa izquierda, están en una lucha denodada por mantener su apoyo sólo para ¡salvar su registro!

El PRI como opción tampoco ofrece nada, y el PAN... ¿cómo esperar que sea la esperanza de un electorado ávido de soluciones cuando su estrategia electoral se basa en tratar de destruir la imagen de su principal rival?

Las principales fuerzas políticas de México se han olvidado que más allá de lograr una mayoría en la Cámara de Diputados es fundamental aportar propuestas a una sociedad cuyos intereses no sólo han desdeñado, sino que han marginado para privilegiar, sin miramientos, sus intereses de partido.

El resto de los partidos en pugna, Panal, PVEM y PSD, ni siquiera pintan en el espectro y solos se han hecho a un lado al apostar a propuestas que, a la legua se ve, únicamente buscan mantenerse flotando en el mar de las prerrogativas.

Ante este panorama, por qué se asombran cuando surge la propuesta del voto nulo o voto en blanco?

A pesar de sus discursos incendiarios y de los intentos que, sin duda y al vapor, hará el IFE para tratar de promover el voto por estos partidos, hay un hecho concreto y contundente, el voto en blanco es igual de democrático que cualquier voto a favor de algún partido.

José Saramago, premio Nobel 1998, lo ha dicho claramente: “Si el voto en blanco asusta a los partidos es precisamente por ser democrático. El elector que vota en blanco no puede ser acusado de subversivo, es sencillamente alguien que no está satisfecho con el funcionamiento de la democracia y escoge esa manera de expresarlo”.

Además, es imposible señalar que sea una modalidad inventada en México por un grupo de reaccionarios.

Hace 52 años en Argentina, cuando se le impidió competir a Juan Domingo Perón, la mayoría argentina decidió votar en blanco y para susto de muchos, se impuso.

Recientemente, en España, en las elecciones de 2004 para elegir diputados, votaron en blanco casi 400 mil españoles.

Y hay otros muchos ejemplos de esto, por lo que sobra decir que el voto en blanco es un voto responsable de ciudadanos que por diferentes razones de conciencia no se sienten representados por los partidos.

Francisco Garduño

La clase política, contra voto nulo

Las dirigencias nacionales del PRI, PAN y PRD calificaron de peligroso para la vida democrática del país, la postura de algunos sectores de anular y/o “votar en blanco” el próximo 5 de julio.

La presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, María del Carmen Alanís, pidió a los ciudadanos no desperdiciar la oportunidad de sufragar, ya que “esta es la única forma en que pueden participar directamente en la toma de decisiones públicas”.

Ante la creciente polémica sobre el voto blanco o nulo, el Instituto Federal Electoral (IFE) acordó ayer con los partidos y representantes de la sociedad civil debatir a partir del lunes el tema.

El consejero electoral, Virgilio Andrade, puntualizó que el debate pretende aportar mayor información respecto a las ventajas, desventajas, aportaciones o debilidades de elegir, primero, entre ir o no a las urnas, y después, elegir una opción específica o expresar un sentido de anulación del voto.

Sobre el tema, Jesús Ortega, líder nacional del PRD, aseguró que se trata de llamados “demagógicos y peligrosos”, ya que si se insiste en que la ciudadanía se aleje de los asuntos públicos y anule su voto, se contribuye “a sustituir sistemas democráticos por sistemas autoritarios”.

Germán Martínez, presidente nacional del PAN, llamó a los partidos a “defender la trinchera de la participación ciudadana” y pidió a la sociedad no hacer caso de las voces que llaman a la anulación del voto.

El secretario general del PRI, Samuel Aguilar, aceptó que el voto blanco debe ser un llamado de atención a los partidos, pero que se debe evitar que algunas siglas en lo particular resulten beneficiadas.

Las dirigencias de los partidos Convergencia, Verde Ecologista de México y Socialdemócrata consideraron, por separado, que anular el voto sólo permitirá que los partidos dominantes (PRI, PAN y PRD) conserven “como una perpetuidad ”los cargos de elección popular.



Consejeros del IFE en desacuerdo por el voto en blanco

Bajo Reserva
El Universal

El fenómeno “voto blanco” es ya inocultable. El creciente rechazo al resultado del sistema electoral de partidos divide opiniones. Los consejeros electorales, por ejemplo, no se han puesto de acuerdo. Dicen que necesitaron varias reuniones formales e informales antes de decidir cómo responder a la “ola”. Finalmente, la mayoría entre los nueve consejeros, incluido el presidente Leonardo Valdés, decidió convocar al foro para debatir el tema. Nos comentan que con Valdés están los consejeros Alfredo Figueroa, Francisco Guerrero, Virgilio Andrade, Arturo Sánchez y Marco Antonio Baños. Ayer todavía se palomeaban y tachaban nombres de conductores y politólogos que confirmaban o se abstenían de acudir al llamado. Difícil saber el resultado de este movimiento que, hasta donde se advierte, es espontáneo y civil. Lo que queda claro es que los partidos políticos deberían poner sus barbas a remojar: los ciudadanos están molestos, parece…

miércoles, 3 de junio de 2009

Soberbia ante el voto en blanco

Katia D'artigues
Campos Elíseos
El Universal

Sí es una gran ola. Pero los políticos, soberbios, no quieren verlo.

No es una “ocurrencia” de alguien con una filiación determinada llamar a “votar en blanco” o hacer un voto nulo para políticos nulos, como dice Carlos Páez Agraz en Guadalajara. Eso de ponerle “tache a todos”, como dice Gabriel Hinojosa Rivero en Puebla (y sí: es primo de Felipe Calderón Hinojosa).

De un mes para acá muchos hemos escrito sobre el fenómeno creciente del voto en blanco; del hecho de que siete de cada 10 mexicanos no piensan ni ir a votar… pero los políticos no acusan recibo.

O andan pensando, como también lo escribió José Saramago en Ensayo sobre la lucidez, que todo es producto de una suerte de compló… cuando —en la novela y en la realidad— se trata de un despertar ciudadano.

Peor. Si lo hacen, escriben para descalificarlo. Para muestra, el artículo que Germán Martínez publicó ayer en EL UNIVERSAL: “El voto nulo está movido por los mismos que antes de la alternancia con Vicente Fox gritaban (…) ‘choque de trenes’ que haría volar en pedazos a la nación. También me temo que son los que, luego de la victoria del presidente Calderón, clamaban a un presidente interino (...) cuando se les acabó el cuento del ‘Estado fallido’, son ellos mismos los que traen el voto nulo”.

O sea: todo es un compló de sectores del PRI y el del PRD-PT-Convergencia (juntos o separados… ya ni ellos saben) que… ¡los desacredita a ellos por igual! Fíjese.

Allá Germán y los demás políticos que les vale, porque están apostando a una elección de maquinarias/acarreos que nos desilusionará más.

El antivirus es sencillo: basta con subirse a algunas de las peticiones que se hacen a la par de votar en blanco, y que no escuchan. Como las candidaturas ciudadanas, aunque el tribunal ayer haya bateado a dos. La reelección de legisladores. La transparencia de los partidos.

Y otra: que se legisle el voto en blanco. Si una mayoría vota en blanco, que se repitan las elecciones con otros candidatos y, claro, menos presupuesto. En 2005, una diputada del PRD, Eliana García Laguna, presentó una iniciativa así. Debe estar en la congeladora.

Claro, también pasa que se necesita “autocrítica”… de la cual carecen los partidos políticos.

Ayer me topé con la página web de una ex panista desilusionada, Tatiana Clouthier, quien ahora con un matrimonio por conveniencia firmado ante notario con Nueva Alianza quiere ser alcaldesa en San Pedro Garza, Nuevo León.

En un video dice, tras llamar a los ciudadanos a abrir los ojos: “Si ya nadie cree en los partidos políticos, es porque empezamos a creer en nosotros mismos”.

Eso es lo mejor que podría suceder.

¿Por quién voy a votar?

Carlos Loret de Mola
Historias de reportero
El Universal

Mucho antes de la cita en las urnas, el 2 de julio de 2006, me quedó claro que ningún candidato era capaz de comprometerse con lo que me interesaba: la libertad de expresión... Al mediodía fui a la casilla y anulé mi voto. Lo volveré a hacer en cinco semanas. Aquella vez lo pensé mucho. Esta no tanto.



La experiencia más agria de la vida profesional de este reportero ha sido la cobertura de las elecciones (antes y después del 2 de julio) de 2006. Mucho antes de la cita en las urnas me quedó claro que ningún candidato era capaz de comprometerse con lo que me interesaba más que nada: la libertad de expresión.

Calderón, López Obrador, Madrazo intentaron usar las herramientas a su alcance para censurar, marginar, reprimir cualquier esfuerzo crítico. Era sorprendente verlos igualitos, a pesar de que juraban ser tan diferentes. Al mediodía fui a la casilla con mi esposa y mi hijo de 100 días de nacido y anulé mi voto. Lo volveré a hacer en cinco semanas. Aquella vez lo pensé mucho. Esta no tanto.

¿Voy a votar por el PRI, que ha mostrado que quiere regresar al poder no como un partido reformado en democracia, sino presumiendo que sus viejas prácticas eran las que funcionaban y ahora las puede ejercer con el aval de las urnas?

¿Voy a votar por el PAN, exhibido en su intolerancia, que ha optado por la renuncia de sus promesas de campaña, para transar políticamente con personajes de lo más turbio que ha ofrecido la historia reciente de México?

¿Voy a votar por el PRD? ¿Cuál de los dos? ¿El que tiene un pie en el PT y otro en Convergencia, que, como sus adversarios acérrimos del gobierno, ha sido exhibido en su intolerancia y ha optado por transar políticamente con (otros) personajes de lo más turbio que ha ofrecido la historia reciente de México? ¿Por el otro PRD, el formal, que llegó al dominio del partido por dedazo del TEPJF tras un cochinero de comicios?

¿Por Elba Eshter y Kahwagi? ¿Por el Niño Verde? ¿Por los renegados de Patricia Mercado, que no juntan votos pero sí presupuesto para ser partido cada seis años con nombre distinto?

No, gracias. Creo en la democracia, como dicen los teóricos, es lo menos malo que ha encontrado la sociedad para organizarse. Creo en la política. Es más, no creo que todos los políticos sean una porquería, pero sí muchos, y en cualquier caso, este reportero no se siente representado por nadie. Y por eso voy a ir a votar, a anular la boleta, para demostrar que el problema no es con la forma de organizarse, sino con quienes se las dan de organizadores.

martes, 2 de junio de 2009

Repudian IFE y partidos campaña que impulsa el voto en blanco para el 5 de julio

La campaña abierta que desde algunos sectores se ha instrumentado para promover el voto en blanco fue cuestionada en el Instituto Federal Electoral (IFE). Tal pretensión favorecería una regresión autoritaria, dijo el consejero Alfredo Figueroa; alentaría una tendencia contraria a la ciudadanización de las elecciones y deja las decisiones en las clientelas partidistas, sostuvo el consejero Benito Nacif.

El tema salió a partir de las preocupaciones de partidos, que la consideraron como una visión superficial de la política. El consejero Marco Antonio Baños descalificó la campaña: en mi opinión, resulta un contrasentido con la historia y con la lógica de los sistemas democráticos llamar al voto en blanco. Sí creo que el IFE deberá hacer acciones para acercar mayor información a los electores.

Durante el debate, el panista Roberto Gil advirtió que como sistema político, como parte de las instituciones democráticas, no podemos abrir la puerta a esta lógica que debilita el sistema de partidos. En contraste, el perredista Rafael Hernández dejó entrever que parte del desencanto ciudadano con la elección obedece a las campañas sucias que han emprendido el PAN y el PRI para descalificarse mutuamente.

Esta crítica fue recogida por el priísta Sebastián Lerdo de Tejada para arremeter contra la campaña sucia panista, aduciendo que la gente ha llegado al hartazgo de esos anuncios, por lo que emplazó al panista a poner fin al esquema propagandístico del blanquiazul.

En este contexto, se validó por unanimidad el padrón electoral y el listado nominal que se utilizará el próximo 5 de julio. El consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, dio a conocer que el padrón estará integrado por 77 millones 815 mil 606 ciudadanos y la lista nominal se conformará por 77 millones 481 mil 874, lo que representa 99.6 por ciento de cobertura, cifra sin precedente en la historia electoral del país.

De igual forma, se ratificaron los criterios para el flujo de información del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que permanece inalterable: a las 8 de la noche, hora del centro del país. Esto ocurrió a pesar de una propuesta perredista para modificar esta disposición a efecto de que la información sea subida a Internet desde que comience a llegar al sistema.

Tras el planteamiento del Partido Social Demócrata, sobre la importancia de encarar la pretensión de alentar el voto en blanco, la perredista Susana Monreal cuestionó que dicha campaña se ha visto en medios de comunicación, en correos electrónicos, en artículos de opinión y en algunos comunicadores que generan duda entre la ciudadanía. A nadie conviene que de los comicios surgiera una cámara de diputados debilitada por el sentido de la votación, expresó.

Ante esta situación, el consejero Francisco Guerrero consideró que los sondeos dan cuenta de que 10 por ciento de la población estaría analizando esta posibilidad, ante lo cual, dijo, es necesario que el IFE y los partidos hagan causa común para la promoción del voto. Al igual que otros consejeros, reconoció que votar en blanco es parte de la libertad del elector.

Sin embargo, Arturo Sánchez advirtió que detrás de esta campaña está la pretensión de convencer al electorado de que ningún partido vale la pena. Es necesario, dijo, que a través del voto, se fortalezca el sistema de partidos.

Al abundar en sus señalamientos en torno al voto en blanco, Nacif consideró que este tipo de campañas se han dado ya en otras democracias consolidadas, pero estimó que serán poco eficaces para debilitar las instituciones democráticas, en virtud de que en el esquema de cómputo no hay manera de distinguir un voto nulo de un voto en blanco.

Pues se burlaran, pero esto esta creciendo y
se les está saliendo de las manos...


Voto nulo

Germán Martínez Cázares
El Universal

“Mal tiempo para votar”, así comienza la novela Ensayo sobre la lucidez del escritor, premio Nobel de Literatura 1998, José Saramago.

La espectacular prosa de Saramago retrata, en un pequeño municipio sin nombre, a ciudadanos, también anónimos, que deciden votar “en blanco” y repudiar o castigar su propio sistema democrático.

Más allá de la política, que en este “ensayo” le gana la pluma a la literatura, el escritor portugués enjuicia y sentencia al sistema de partidos, a la rutina democrática y al ejercicio del sufragio.

La escuela en la que se hace apología del abstencionismo es peligrosa porque no construye responsabilidad social de los ciudadanos frente a la comunidad, como afirma Saramago, ni es fruto de la “virtud cívica” (para usar el término de Maquiavelo) y tampoco es desobediencia civil.

El movimiento del voto nulo puede ser entendido como un genuino rechazo a la democracia representativa (que busca formas más directas de gobierno), a la labor de los diputados (que requiere una mayor rendición de cuentas) e incluso a todas las opciones partidarias (por que quisieran una que hoy no existe); todo eso es válido, pero el peligro radica en el momento en que algunos actores políticos o económicos buscan con ese abstencionismo activo debilitar aún más al Congreso de la Unión.

La pregunta es: ¿a quién beneficia una representación política débil? ¿A quién beneficia una cámara deslegitimada? ¿A favor de qué y de quién juega el discurso del voto en blanco?

Los más furibundos defensores de la abstención dirán que todos los partidos les causan hartazgo, que no hay diferencias entre ninguno y que todos los candidatos ofrecen lo mismo. Yo, sin embargo, tengo una sospecha.

El voto nulo está movido por los mismos que antes de la alternancia con Vicente Fox gritaban a los cuatro vientos que en México habría un “choque de trenes” que haría volar en pedazos a la nación. También me temo que son los que, luego de la victoria del presidente Calderón, clamaban un presidente interino. No sé por qué motivos o razones, pero pienso que después de la crisis sanitaria de la llamada influenza y cuando se les acabó el cuento del “Estado fallido”, son ellos mismos los que ahora traen el voto nulo.

Pues ni “choque de trenes” ni “interino” ni “Estado fallido”, y no advierto participación electoral baja en ningún estado de la República donde se renovarán las alcaldías o las gubernaturas. Siempre habrá en la elección llamada intermedia un menor número de ciudadanos en las urnas que cuando se trata de una elección presidencial.

El abstencionismo le hace un enorme favor a la falta de rendición de cuentas, genera apatía, no de los ciudadanos frente a sus gobernantes, sino algo peor: apatía de los gobiernos frente a sus electores.

Quienes abrieron la caja de Pandora con ese discurso del voto en blanco, al estilo de Saramago, mañana pueden organizar no pagar impuestos, después engrosar las filas de los que en Nuevo León piden la salida del Ejército mexicano y más tarde el “que se vayan todos los partidos”.

Muy bien, ¿y después? Una vez que todos los partidos nos vayamos, ¿qué sigue? ¿Ya pensaron a qué dictador autoritario quieren los abstencionistas? ¿Acaso son ellos mismos los que aventaban incienso a López Obrador y ahora, sin cara ni ánimo para votar por el PT, piden mejor anular el voto? No sé por qué, pero me da la impresión de que son ellos.

Sólo leyeron “política” en Saramago, no leyeron “literatura”. Se saltaron Ensayo sobre la ceguera. Basta leer esa hermosísima novela para aprender que cuando uno cierra los ojos no aparece la nada.


PRI y PRD critican a quienes apoyan anular voto

PRI y PRD en el Congreso criticaron a quienes lanzan campañas para inhibir el voto para el próximo 5 de julio.

César Duarte Jáquez (PRI) presidente de la Cámara de Diputados, dijo que "es una irresponsabilidad de cualquier ciudadano que plantee esa alternativa. Las elecciones y el proceso electoral, político democrático que ha venido evolucionando en el país lo debemos fortalecer, así sean las condiciones más complicadas".

Carlos Navarrete, coordinador del PRD en el Senado, dijo que "me parece que se están equivocando un día y otro también propiciando esta campaña de que los ciudadanos vayan y anulen su voto en la urna el 5 de julio. Yo espero que no haya oídos receptivos a este planteamiento y el 5 de julio tengamos un buen número de millones de mexicanos acudiendo a votar por la opción de su preferencia".

El perredista preguntó que qué se gana con emitir un voto en blanco, cuál es la pretensión, a quién fortalece o a quién debilita, porque si vota el 50% o el 25% de cualquier manera se va a integrar la Cámara de Diputados el 1 de septiembre

Lamenta COE campaña para anular el voto

El presidente del Consejo de Organismos Empresariales (COE), Javier Maldonado Moctezuma, lamentó la existencia de campañas para anular el voto en las próximas elecciones al señalar que lo único que provoca es que los que finalmente lleguen, tendrán una mínima representación.

Si bien reconoció que es un medio de protesta, insistió que cuando se anula el voto, cualquiera de los partidos que llegue no tendrá legitimidad y eso, consideró, es muy grave.

Por ello, pidió a los ciudadanos “no claudicar” en el derecho al ejercicio del voto pues si de suyo se espera poca participación, con esas campañas será peor.

Anular el voto es lamentable, reiteró Maldonado Moctezuma al pedir que en este proceso de campaña hay que tomar una decisión y el próximo 5 de julio “votar por el menos peor”.

Consideró que esas campañas no cumplen con el objetivo de que en los partidos políticos se haga un replanteamiento sobre sus candidatos y su actuación como legisladores, en este caso, y finalmente, dijo: “no es la manera más cívica de manifestar esa inconformidad”.