jueves, 14 de mayo de 2009

La anulación del voto

En las últimas semanas a nivel nacional ha surgido una corriente promotora de anular el voto en el próximo proceso electoral, como un rechazo a los gobiernos actuales y a los partidos políticos.

En Sonora el eco ha sido menos y en Hermosillo algunas voces muy identificadas en la radio también proponen y promueven esa anulación del voto.

El tema es muy discutible porque por un lado no debemos renunciar al derecho de elegir a nuestros gobernantes, y por el otro no podemos negar que las condiciones actuales no son precisamente muy alentadoras para acudir a las urnas.

Normalmente en épocas electorales surgen los mismos comentarios: "para que voy a votar si no sirven para nada, todos son iguales" o "para que voto si siempre ganan los del PRI o los del PAN".

Esos simples comentarios reflejan, aunque resulte doloroso, una clara desconfianza a los gobernantes y un alejamiento verdadero de los partidos políticos, chicos o grandes.

Los ciudadanos que se abstienen de emitir su voto no dejan de tener razón, desde luego, pero no creo sea el mejor camino para lograr verdaderos cambios en este país.

Algunas voces en Radioperiódico de Fausto Soto Silva, en la DM, consideran que a menos votos menores serían las prerrogativas de los partidos en un futuro.

De eso no estoy tan seguro porque la distribución de recursos se sustenta en el porcentaje de la votación total, no en el número de votos, pero además, las organizaciones políticas de cualquier manera buscarían la forma de mantener esas prerrogativas que por Ley les concede el Instituto Federal Electoral.

Debemos recordar que los tres partidos mas influyentes, PRI, PAN y PRD, tienen lo que se llama un "voto duro", y ese no cambiará, no se reducirá.

Lo que se discute es el voto ciudadano, aquel que mira a la persona no a los partidos, pero que a últimas fechas se ha sentido desilusionado porque aprecia nada cambia en este país.

Cuando hablamos de las cantidades que cuesta una elección, claro que resulta alarmante, y hasta ofensivo.

Por ejemplo, el IFE gasta poco mas de 34 millones de pesos diarios, es decir alrededor de mil millones de pesos mensuales, al menos en este año electoral del 2009, incluyendo las prerrogativas a las organizaciones políticas.

Y mas ofensivo resulta para una gran parte de la comunidad mexicana el saber existen partidos familiares, cuyos dirigentes viven en la opulencia, a los que se debe sostener con recursos del pueblo, no obstante una parte de ese pueblo vive en la miseria.

Yo me pregunto, ¿le importará eso al Niño Verde y a su séquito de jóvenes y bellas legisladoras?

VOTO DE RECHAZO

En lo personal no estoy de acuerdo en abstenerse de ir votar, sin embargo, creo debería comenzar a tomarse en cuenta el voto del rechazo.

Y mire usted porque: si un candidato gana el cargo de elección con 20 o 25 por ciento del padrón total, que es como ocurre, y si existiera un voto anulado que alcanzara un porcentaje mayor, la decisión popular sería muy clara: rechazo absoluto a los candidatos.

Ante un escenario así, entonces habría que convocarse a una segunda elección, porque en una democracia debe contar tanto el Sí como el No.

En nuestro país únicamente cuenta el voto del Sí.

En términos generales, el abstencionismo es de un 50 por ciento y de ese porcentaje surge un ganador.

El 50 por ciento restante de la población en edad de votar no lo hace en su mayoría por indiferencia, aunque existe un porcentaje que se abstiene por rechazo a todos los candidatos.

La única manera de saber el porcentaje del rechazo sería que la gente acudiera a votar y anulara la boleta. Ese sí sería un rechazo y entonces se podría estar en condiciones de contabilizar a ese sector.

De cualquier manera, considero los partidos políticos deben tomar en cuenta, y muy en serio, esa indiferencia de la gente porque cada vez es mayor la ausencia en las urnas.

Hasta hoy se abstiene de votar, pero podría venir el voto del rechazo y eso sí sería una evidencia de gran inconformidad, la cual existe pero aun no se refleja contundente y públicamente.

Ese voto de rechazo podría ser la mejor manifestación.

Las organizaciones políticas deben demostrarle a la gente que cuando son gobierno saben cumplir sus promesas.

Prometer es lo más fácil; cumplir es lo complicado.

Y mas grave aun, prometer lo que de antemano saben no cumplirán.

Francisco Rodríguez
ehui.com

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